Cordoba, una gran ciudad
A Córdoba se la podría representar a través de tres estratos. Un estrato soterrado, lleno de riquezas arqueológicas que nos hablan de su esplendoroso pasado. Un primer piso, el presente, que nos sitúa estadísticamente en el furgón de cola de la economía española. Y, por último, un segundo piso a construir con algún que otro motivo de optimismo, como poder llegar a ser la capital de la cultura europea para el 2016. Precisamente, para la obtención de tan deseado título estamos sobrados de historia y arte, pero bastante faltos de un presente consolidado que nos abra la puerta a ser capital europea. Posiblemente, el factor que más ha determinado este retraso haya sido la falta de modernidad con la que nuestra ciudad encaró el siglo XX, una ciudad centrada en el sector primario de la economía y donde las ganancias de los terratenientes iban a engrosar las cuentas bancarias de entidades foráneas. Por otro lado, la Iglesia local, con un excesivo poder sobre todo económico ejercido a lo l