LA TERCERA OPORTUNIDAD
Perdimos la primera oportunidad. El Cabildo de la Catedral , el mismo que
fundase Cajasur, la sentenció a muerte. Una defunción causada por una pésima
gestión, por la nefasta política de empleos, por la temeraria inversión en el
ladrillo, por el pernicioso personalismo de Miguel Castillejo, presidente de la
entidad durante treinta años y que se retiró con una pensión vitalicia
millonaria, al que el Banco de España deja fuera de la investigación a pesar de
tanta irresponsabilidad.
Parece mentira que uno de los cabildos catedralicios con
más dinero y poder de las diócesis españolas, ni fuera capaz de fundar, siglos
atrás, una universidad como se hizo en otras ciudades, ni ha sido capaz de
dejar una Caja saneada y productiva al servicio de Córdoba y su provincia.
Perdimos la segunda oportunidad. El mismo Cabildo
apuntilló el último solplo de vida al negar la fusión con Unicaja. Su soberbia
de perdedor no le ha permitido entregar la Caja al enemigo rojo, según su propio comentario.
Sin embargo, apareció una tenue esperanza: la fusión de Unicaja y Cajasol que
asumirían la arruinada Cajasur, creando la gran Caja andaluza. Pero la falta de
liderazgo de la Junta
de Andalucía, las zancadillas del PP, los catetos localismos que desunen a
Andalucía, otras mejores apuestas y, quién sabe si también, los intereses
políticos del Gobierno el país han diluido esta posibilidad.
¿Nos traerán los foráneos, en este caso la BBK , la tercera oportunidad?
¿Invertirán en Córdoba? ¿Dinamizarán la economía cordobesa? ¿Apostaran por
hacer de Córdoba la ciudad cultural que todos deseamos? ¿Las aportaciones de su
obra social disminuirán las cifras de la exclusión social?
El tiempo nos dirá si la tercera oportunidad, que ha
tenido que venirnos de fuera, le ganará la partida a tanta desidia e
incompetencia que padecemos.
Palma
de Mallorca, 22 de julio de 2010
Miguel Santiago Losada
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