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UN SIGLO Y MEDIO DE LOS “SUCESOS DE MONTILLA

  Juan Díaz del Moral en su obra Historia de las agitaciones campesinas andaluzas recoge los “Sucesos de Montilla”. Una ciudad de la Campiña cordobesa conocida por sus generosos vinos, dominada y controlada por la oligarquía rica y monárquica de aquella época. Estos terratenientes disponían de un grupo organizado de hombres, denominados “La Partida de la Porra”, para el control de sus propios intereses. Esta banda se dedicaba a impartir su “particular justicia” similar a una fuerza paramilitar. Su peculiar castigo consistía en dar cuarenta garrotazos al que infringiese alguna norma impuesta por las familias adineradas de la localidad. Llegaron al extremo de apalear a un niño por llevar una carga de aceitunas sin la licencia correspondiente, se ensañaron con él de tal manera que falleció a los pocos días. Otro singular caso fue el de una mujer cuyos gritos desconsolados se escucharon en la lejanía para impedir el apaleamiento. Llegarían a asaltar continuamente el casino republicano, sa

90 AÑOS DE LA ASAMBLEA DE CÓRDOBA DE 1933

    Con la llegada de la Segunda República el andalucismo histórico estaba plenamente enraizado, a pesar del paréntesis que supuso la dictadura de Primo de Rivera. Aún con las dificultades encontradas en un primer momento, como el Complot de Tablada, las diputaciones provinciales andaluzas aprobaron en Sevilla, el 26 de febrero de 1932, un anteproyecto de Estatuto bastante limitado, que proponía simplemente una descentralización administrativa, similar a la de una  mancomunidad . Según este proyecto, el futuro parlamento andaluz estaría formado por los diputados provinciales, lo que no encajaba con los que pretendían un Parlamento andaluz elegido por sufragio universal. Nada fue decisivo hasta la  Asamblea de Córdoba, celebrada durante los días 29 al 31 de enero de 1933 , en la que participaron unas 300 representaciones. Este acto estuvo promovido por Eloy Vaquero, Pedro Demófilo, Dionisio Pastor y Rafael Castejón, que consiguieron que Córdoba fuera la sede de la Asamblea Regional,

ENRIQUE, SIEMPRE ANIDARAS EN NUESTROS CORAZONES

  Eran las 7 de la mañana de un quince de febrero cuando Enrique de Castro inició su viaje a la “otra orilla del río de la vida”. Con sus ochenta años recién cumplidos, Enrique ha sido un referente por su entrega a las personas más excluidas y empobrecidas. Me imagino a Enrique allá donde se encuentre abrazando y besando a tantos chavales con los que ha compartido la vida. Jóvenes que no llegaron a alcanzar más de tres o cuatro decenas de años por carecer del cariño y la seguridad de una familia, de una sociedad, que los amparase y criase. Enrique para ellos era su padre, su madre, su luz, su fuerza. La humanidad que tanto anhelaban. Siempre guardaré en mi corazón algunos momentos inigualables que viví con Enrique, de los muchas que compartí con él en sus idas y venidas a Córdoba. Con motivo de una desavenencia que tuve con un chaval con graves problemas debido a las toxicomanías me dijo: nunca dejes a uno de tus chavales en el camino. Se me cogió un nudo en el estómago y le contesté

ENRIQUE DE CASTRO

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  Belton Brecht de haber conocido a Enrique de Castro le hubiese dedicado estas palabras: “Hay hombres que luchan un día, y son buenos; hay otros que luchan un año, y son mejores; hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos, pero hay los que luchan toda una vida… ésos son los imprescindibles”.   Enrique de Castro, conocido como el cura de la parroquia de Entrevías, o por algunos titulares mediáticos como el cura rojo de Vallecas , fue uno de esos incansables luchadores por las personas más empobrecidas y excluidas de los últimos 50 años. Ordenado sacerdote en 1972 y destinado a Vallecas, cambió repentinamente su vida al darse de bruces con la realidad social en la que miles de personas tenían que vivir a diario situaciones de extrema pobreza, exclusión, explotación, carencias afectivas, rupturas por la droga y por la cárcel, desesperación, etc.   Proveniente de una familia de clase acomodada, Enrique fue educado para ser una buena persona, conservadora, al servicio de la e

SABOREAR LA VIDA

  Hace algo más de un año escribía en este Diario que cualquier ser humano cuando nace queda al arbitrio de tres dígitos del azar: el lugar, el ambiente familiar donde crece y la herencia genética, ésta última muy determinada por los dos anteriores. Esta combinación es el resultado de cada persona que habita este maravilloso y único planeta.          ¿Cómo saborean la vida cada uno de los ocho mil millones de habitantes de la Tierra? Evidentemente, desde cada realidad en la que transcurre el día a día. Nadie nace con un pan debajo del brazo, ni con una cuenta corriente, ni con un hogar, ni con un título escolar o universitario, ni con un certificado que garantice una buena salud física o mental. Ni dios o la vida son dueños del azar, de lo contrario serían crueles, ni nada al nacer se nos dará por méritos propios.          Las personas que tienen la suerte de saborear la vida son principalmente las que han crecido en un ambiente cálido y afectivo, una cuna de cuidados y atenciones,

EL RABINO PHILIPPSON Y LA LIBERTAD DE CULTOS

  Hace 168 años, otoño de 1854, que el rabino reformista Ludwig Philippson, influido por la obra de Amador de los Ríos: Los judíos de España. Estudios históricos, políticos y literarios (1848), envió a las Cortes constituyentes un escrito solicitando que la nueva Constitución recogiese la libertad de cultos: “una necesidad irrecusable en toda nación civilizada”. Además, pidió la revocación formal del edicto de expulsión de los judíos, firmado por los Reyes Católicos el 31 de marzo de 1492, suponiendo la “reparación de un agravio antiguo” cuyas consecuencias siguen vivas hasta nuestros días. Esta petición cuestionaba por primera vez la unidad católica de España establecida por los reyes Isabel y Fernando mediante la implantación del Tribunal de la Inquisición, la expulsión de los judíos y la conversión forzosa de los musulmanes, y que el Concordato con la Iglesia católica de 1851 blindaba.   Las Constituciones liberalitas-católicas de 1812, 1837 y 1845 no osaron en cuestionarlo, cuyo m

La Mezquita es arte bizantino y “los moros” solo pagaron las obras

  La Mezquita es arte bizantino y “los moros” solo pagaron las obras                                                      (Demetrio Fernández, Obispo de Córdoba) El escrito lleva por título las palabras con las que se despachó sin ningún tipo de sonrojo el actual obispo de Córdoba para referirse a la Mezquita. Los últimos relatos acuñados por el Cabildo catedral y el Obispado pretenden hacer ver que la Mezquita de Córdoba fue un simple paréntesis en la historia de la Catedral, anterior a la construcción islámica y volviendo a su estado original a partir de la conquista castellana.             La Jerarquía católica minusvalora el monumento arquitectónico más importante del islam occidental, uno de los principales referentes del Paradigma Córdoba y Patrimonio de la Humanidad, tergiversando la historia, haciendo creer que al-Ándalus fue un simple paréntesis histórico, siguiendo las tesis de la ideología nacionalcatólica, que habla de reconquistas, repoblaciones, inquisiciones, de una