90 AÑOS DE LA ASAMBLEA DE CÓRDOBA DE 1933
Con la llegada de la Segunda República el andalucismo histórico estaba plenamente enraizado, a pesar del paréntesis que supuso la dictadura de Primo de Rivera. Aún con las dificultades encontradas en un primer momento, como el Complot de Tablada, las diputaciones provinciales andaluzas aprobaron en Sevilla, el 26 de febrero de 1932, un anteproyecto de Estatuto bastante limitado, que proponía simplemente una descentralización administrativa, similar a la de una mancomunidad. Según este proyecto, el futuro parlamento andaluz estaría formado por los diputados provinciales, lo que no encajaba con los que pretendían un Parlamento andaluz elegido por sufragio universal.
Nada fue decisivo hasta la Asamblea de Córdoba, celebrada durante los días 29 al 31 de enero de 1933, en la que
participaron unas 300 representaciones. Este
acto estuvo promovido por Eloy Vaquero, Pedro
Demófilo, Dionisio Pastor y Rafael Castejón, que consiguieron que Córdoba fuera
la sede de la Asamblea Regional, cuyo fin primordial era elaborar y aprobar, en
su caso, el esperado proyecto de Estatuto de Autonomía de Andalucía, Estatuto
que se sometería a consulta popular y posteriormente se elevaría a las Cortes.
A las 12 de la mañana del
29 de enero de 1933, en la sede del Círculo de la Amistad de Córdoba, se inicia
la Asamblea, siendo la intervención de Rafael Castejón una de las más
brillantes y apasionadas: “De no avanzar en esta Asamblea, Andalucía dará la
sensación ante España de su incapacidad (…) ¿Seremos tan necios para negar
nuestra personalidad? (…) ¿Es que no se sienten aquí esos anhelos
reivindicatorios? (…) ¿Es que vamos a estar condenados siempre a soportar el
caciquismo secular que es la tragedia de Andalucía? (…) ¿Es que somos menores
de edad para regirnos?” Estas y otras preguntas son contestadas,
concluyentemente, por el propio orador: “Queremos la libertad dentro de las
normas del derecho para administrarnos nuestra casa”. Rafael Castejón estuvo acompañado
en la tribuna de oradores por la serena pero firme palabra de Blas Infante,
quien tras perfilar un recorrido por el pasado histórico andaluz, insistió en
su conocida postura de aunar voluntades en pro de una afirmación autonomista: “Andalucía
aspira a constituirse en región autónoma para poder resolver con toda amplitud
posible sus problemas y en primer lugar el de la tierra, solucionar el paro,
modificar la ley agraria, establecer centros culturales y poder arbitrar
recursos para llevar a cabo estos fines”. Con el entusiasmo de los asistentes
quedó aprobado el Proyecto de Estatuto de Autonomía para Andalucía el 31 de
enero de 1933. En
las cortes constituyentes de la Segunda República el diputado cordobés Antonio
Jaén Morente proclamaría uno de los primeros discursos andalucistas.
Con la
llegada de las derechas al poder en España, bienio 1934/35, el proyecto quedó
truncado y nada pudo hacerse hasta después del triunfo del Frente Popular en febrero de 1936, más partidario de apoyar los
estatutos de autonomía.
En abril de
1936 la Junta Liberalista Andaluza volvió a resucitar el Proyecto autonómico
creando la Acción Pro-Estatuto Andaluz y llevando a cabo una campaña de
difusión de las bases aprobadas en Córdoba en 1933. El 5 de julio de 1936 se
celebró la Asamblea Regional de Sevilla. En ella se desea un Estatuto a través de una Junta Ejecutiva
Regional, a modo de promotora entre partidos políticos y municipios, para la
que se nombra a Blas Infante su Presidente de honor en reconocimiento a toda su
labor durante los años precedentes. Dicho órgano actuó en lo relativo al
proceso estatutario, y tenía previsto celebrar un tercer foro andaluz el 27 de
septiembre de 1936, fecha en la que se preveía aprobar el Estatuto definitivo
para que fuese ratificado más tarde mediante referéndum y elevado después a las
Cortes.
Los últimos
actos de Blas Infante consistieron en el izado de la bandera andaluza en el
Ayuntamiento de Cádiz el 12 de julio de 1936 y un discurso radiado por radio
Jerez el día siguiente. El golpe militar que se produjo poco después, origen de
la Guerra Civil, sepultó el proceso. Al poco tiempo, 10 de
agosto de 1936, Blas Infante fue fusilado.
Por el contrario, Cataluña consiguió su autonomía en 1932, Galicia
pudo con anterioridad plebiscitar su Estatuto, y el País Vasco logra poner en
marcha su autogobierno durante el conflicto bélico, por lo que la Constitución
de 1978 les absuelve de demostrar una voluntad autonómica porque ya lo hicieron
durante aquellos años.
90 años de la Asamblea de Córdoba donde se aprobó el Proyecto
de Estatuto de Autonomía para Andalucía, bien merece ser recordado y estudiado.
Córdoba,
23 de enero de 2023
Miguel Santiago Losada
Profesor y escritor
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