EL DISCURSO DEL ODIO
269 niños
y jóvenes migrantes, según la extrema derecha, empobrecen y amenazan a los
siete millones de habitantes de la comunidad de Madrid. ¿Quién se puede creer tremendo
disparate? El anuncio de la estación del metro de Madrid “Un MENA, 4.700 euros al mes. Tu abuela, 426 euros de
pensión/mes” se inscribe en el marco mundial del llamado renacimiento del
neofascismo, que se caracteriza por los bulos y las mentiras. La partida
presupuestaria a la que se hace referencia va destinada a los centros de
acogida, al pago de los trabajadores o a la gestión de las
instalaciones, una pequeñísima parte se dedica a sufragar sus salidas de ocio y
tiempo libre, como es habitual en un joven de cualquier familia.
La palabra “MENA” podría ser sustituida por la de cualquier
otro colectivo minoritario. Recordemos la política emprendida contra el pueblo
gitano por Salvini en Italia en 2018. Herramientas de odio para fines electorales. Los
niños y jóvenes migrantes vienen siendo víctimas de estos partidos de extrema
derecha. Tengamos presente la campaña que desplegó VOX contra un centro de
menores en el barrio de la Macarena de Sevilla o el ataque que sufrió otra casa
de acogida en Madrid. Desgraciadamente,
como podemos comprobar, nuestro país se encuentra en esta ola del
nacionalpopulismo, una ideología que creíamos trasnochada, después de la
segunda guerra mundial, y que desde los años ochenta volvió a amenazar a la
democracia con el Frente Nacional francés. Desde este epicentro se fue
extendiendo por Austria, Países Bajos, Italia, Suecia, Alemania, países europeos
del Este, hasta llegar a España. Esta onda neofascista ha llegado a su máximo nivel
con Donald Trump y Bolsonaro. Se sirven de un arsenal demagógico para rechazar
la igualdad y la diversidad. Anhelan una sociedad estrictamente homogénea, en
pie de guerra con lo diferente, generando una gran desconfianza y rechazo hacia
la persona extranjera.
Europa no se encuentra
en su mejor momento. Llevamos años sufriendo una enorme regresión en los
derechos sociales y libertades, el mejor caldo de cultivo para alimentar los
bajos instintos xenófobos y racistas, sobre todo si se trata de las personas
empobrecidas, centrando el discurso en enfrentar a los penúltimos contra los
últimos de la sociedad, un discurso miserable e inhumano que provoca odio y
destrucción entre las personas acuciadas por falta de recursos. Urge contrarrestar
esta injusta situación a base de modelos económicos y sociales que apuesten por
eliminar la desigualdad y combatir el discurso del odio sustentado en el
rechazo al mestizaje, la xenofobia, la hostilidad a lo diferente, la hostilidad
a la igualdad de género, etc. Es urgente que tanto el sistema político como el judicial
actúen contra estos delitos de odio que ponen en peligro la convivencia. Incluso
hay que plantearse la ilegalización de estos partidos que atacan el corazón de
la democracia y de la carta magna de los derechos humanos.
Es necesario que la
gente de los barrios populares no se deje influenciar por estos mensajes que
provocan la llamada “guerra entre pobres”.
Hay que echar la mirada hacia arriba, no a los que lo están pasando
igual o peor. Hay que señalar a los gobiernos que recortan las políticas sociales,
a las monarquías que se enriquecen a costa del pueblo, a la economía neoliberal
que genera un abismo cada vez mayor entre uno puñado de ricos y una población
millonaria de personas empobrecidas y excluidas, a la banca que solo piensa en
su lucro…
En estos momentos
hay que recordar a nuestros abuelos y abuelas o padres y madres que tuvieron
que emigrar en tiempos de la dictadura por las condiciones de pobreza en las
que se vivía. Como canta Rozalén: “Ay pobre del pueblo que ignora su herencia emigrante”.
De igual modo los niños y niñas y jóvenes de cualquier lugar del planeta tienen
derecho a soñar con una vida más digna, lo mismo que nuestros hijos e hijas
migran a Europa buscando un trabajo que aquí no encuentran.
“La defensa de la
igual dignidad de todos los seres debe ser defendida sin miedo como imperativo
categórico que no admite silencio, cobardía, excusa o excepción” (Tamayo, Juan José, 2020, p. 181).
Córdoba,
26 de abril de 2021
Miguel Santiago Losada
Profesor y escritor
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