MUJERES Y HOMBRES DE LUZ
Termina un año de despedidas para siempre, donde el adiós se convierte en eternidad. Comenzó este periplo de viajes sin retorno hace un año cuando llamé a mi amiga Lola, una jerezana andaluza comprometida con los derechos humanos, para felicitarla por Navidad. No me contestó, una amiga me informó que la habían encontrado muerta en su casa sentada en un sillón. Inmediatamente mis entrañas se removieron, humedeciéndose mis ojos. Lola Navarro, a pesar de su enfermedad, era toda vitalidad, transparencia, luz y ternura. Siempre manifestaba su dolor por las desigualdades y las injusticias. Enrique de Castro nos dejó en febrero, llamado popularmente “el cura rojo de Vallecas”. Murió con las botas puestas a los ochenta años. La jubilación no tenía cabida en una vida entregada a la juventud más rota y excluida, a los chavales de la calle. Este madrileño de familia acomodada se dio de bruces con la realidad, a la que supo escuchar, acoger y abrazar. Cuántas lágrimas, cuántas risas, cuántos b