HA LLEGADO LA HORA DE QUE ANDALUCÍA DESPIERTE
No hubo 28 de Febrero sin 4 de Diciembre. No hubo referéndum sin un pueblo decidido a cambiar Andalucía comenzando por superar sus dolores, su histórica lacra de desigualdades e injusticias sociales, hasta convertirla en una nacionalidad de mujeres y hombres de luz, donde su gobernanza no nos venga impuesta por Madrid, Bruselas o Washington.
Aquel
pueblo soñaba con una Andalucía que pedía tierra y libertad, ser sujeto
político de su devenir histórico. Una Andalucía enmarcada en un Estado de
nacionalidades y regiones, donde la igualdad, la justicia social, la aceptación
y reconocimiento fuesen mutuos.
Pronto
sus sueños se desvanecieron. Las escuelas e institutos quedaron huérfanos de un
curriculum que enseñara a los niños, niñas y jóvenes andaluces la trimilenaria
historia andaluza, desde Tartesos hasta nuestros días. Una matria que ha parido
hombres y mujeres en todas las artes y las ciencias. Una Andalucía que aportó
el primer renacimiento europeo, mucho antes de que llegase desde Italia. Padecería
la vampirización de latifundistas, terratenientes y caciques malvendiendo sus
ricos suelos, agricultura, y extraordinario subsuelo, minería, al capital
extranjero, lo que causó el empobrecimiento y miseria de su pueblo.
Pronto
el Gobierno español, siguiendo el guion de la Unión Europea, convirtieron a
Andalucía en espacio de ocio y turismo, y de defensa, frontera y gendarme del
Sur. Una política que esquilmó a su escasa industria, que favorecía unas rentas
más adecuadas para el bienestar de sus gentes. Anteriormente, el franquismo se
encargó de sangrar a su población exportando mano de obra barata para enriquecer
a otras latitudes, sembrando el suelo patrio de bases militares americanas, y
cementerios nucleares y residuos tóxicos.
Esos
gritos del 4 de diciembre de 1977 y del 28 de febrero de 1980, de un pueblo
esperanzado en obtener una autonomía plena con un autogobierno andaluz, se
fueron desinflando y desmotivando con décadas de gobiernos autonómicos formados
por partidos centralistas dirigidos desde Madrid.
Hoy,
cuarenta y cinco años después del referéndum del 28F, hay 3,2 millones de
andaluces en riesgo de pobreza y/o exclusión social (EAPN). Seguimos en el
lamentable ranking de barrios con mayor pobreza de todo el Estado. Datos nada
extraños al ser una de las comunidades con menor renta per cápita, estar a la
cabeza del paro y a la cola a nivel de sueldos y pensiones (según los datos de
la agencia tributaria una andaluza cobra 4.200 euros menos anuales que la media
del resto del estado).
El
gobierno andaluz, en nombre de la libertad de elección, consagra la
privatización progresiva de la educación, lo que genera
desigualdades sociales. Entre los años 2018 y 2023 el número de clases en la
escuela pública ha descendido un 5,9%, mientras que en los centros concertados
las unidades se han incrementado en cinco puntos porcentuales (dato de CCOO.). La
sanidad pública sufre un grave deterioro, iniciándose los recortes en 2010 bajo
el Gobierno del PSOE. Hoy se profundiza con la privatización de la misma,
acentuada desde la entrada de los últimos gobiernos del PP. Andalucía pasa de
la 10ª posición en 2010 a la 17ª en 2023 (FADSP).
“Andaluces,
ha llegado la hora de que Andalucía despierte y se levante para salvarse a sí
misma” (Blas Infante).
Córdoba 21 de febrero de 2025
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