ASENJO, EL OBISPO INMATRICULADOR
La
decisión del gobierno municipal de Sevilla de galardonar al arzobispo Juan José
Asenjo como hijo adoptivo de la ciudad
resulta cuanto menos chocante.
Este arzobispo, nada más llegar a la ciudad hispalense, inmatriculó la
Giralda en el año 2010, pretendiendo usurpar el patrimonio del pueblo andaluz.
Seis años antes, cuando ostentaba la responsabilidad de la diócesis de Córdoba,
inmatriculó la Mezquita. Será reconocido como un hijo ilustre de la ciudad a
pesar de haber atentado contra la propia Constitución, que no reconoce el privilegio
de estas inmatriculaciones. La Alhambra no estaba al alcance de la toma de
decisión de la jerarquía católica andaluza ya que de lo contrario, las tres
joyas patrimoniales andaluzas por excelencia hubiesen sido inmatriculadas.
Juan José Asenjo Pelegrina es un manchego que nació el 15 de octubre de 1945.
Adscrito al ala ultraconservadora de la Conferencia Episcopal, fue ordenado obispo por
el papa Juan Pablo II
en 1977, siendo su primer destino Toledo como obispo auxiliar. El 28 de julio de 2003 fue destinado a la diócesis cordobesa, cargo
que desarrolla hasta 2008, en el que el papa Benedicto XVI le nombra arzobispo coadjutor de la Archidiócesis de Sevilla,
sucediendo al cardenal Carlos Amigo en noviembre de 2009. Este purpurado pertenece al grupo de jerarcas
contrarios al Concilio Vaticano II, que comienza a gestarse en
los años ochenta del pasado siglo coincidiendo con la llegada del papa Woytila, marcando un antes y
un después con respecto a dicho Concilio. Este giro conservador en la política
vaticana determinó un profundo cambio ideológico en la Conferencia Episcopal
Española. Todo comenzó con el nombramiento de Ángel Suquía como arzobispo de
Madrid-Alcalá, el 12 de abril de 1983, quien sustituyó al cardenal Vicente
Enrique y Tarancón. Anteriormente, el 23 de junio de 1973 Ángel Suquía fue
nombrado arzobispo de Santiago de Compostela, y en
octubre del mismo año llegaría a ser consejero de Estado, en tiempos del
dictador Franco. De la mano del papa
Juan Pablo II, que lo nombró cardenal en 1985, fue impulsor del giro
ultraconservador en la Iglesia española que dio la espalda al Concilio Vaticano
II, predicando una moral castrante y penalizadora de la sociedad actual
(aborto, matrimonio homosexual, familia, eutanasia, métodos anticonceptivos,
investigación con células madre, educación para la ciudadanía…). Al mismo
tiempo, no tomaba ninguna postura contundente contra los múltiples casos de
pederastia, o contra las escandalosas cifras de personas pobres y excluidas.
Retrocedió a la teología del único dios verdadero y excluyente que imposibilita
el diálogo interreligioso e intercultural propugnado por el Concilio Vaticano
II. Su carrera clerical ascendente y vertiginosa le llevó a ser elegido presidente de la Conferencia Episcopal Española
en el periodo 1987-1993. Fue sustituido por el ultraconservador Antonio
Rouco Varela como arzobispo de Madrid, siendo nombrado
cardenal por el papa Juan pablo II en 1998 y desempeñando la presidencia
de la CEE entre 1999-2005 y entre 2008-2011.
Estos dos cardenales fueron los responsables
durante el wojtylismo del nombramiento de la pléyade de obispos
ultraconservadores o “rigoristas”, entre los que se encuentran los tres obispos
con más influencia en Andalucía: Javier Martínez, arzobispo de Granada,
Demetrio Fernández, obispo de Córdoba y Juan José Asenjo, arzobispo de Sevilla.
Asenjo proviene de este viraje, siendo
ahijado de estos cardenales que marcaron el transcurrir de la Iglesia española
durante treinta años. Al poco tiempo de ser nombrado obispo, desempeñaría la responsabilidad
de Secretario General de la CEE entre 1998 y 2003. En su biografía hay una
serie de responsabilidades que le confieren el título de obispo “inmatriculador”
por excelencia: fue miembro de la Comisión
Episcopal para el Patrimonio Cultural (1997-1998) y copresidente de la Comisión
Mixta Ministerio de Educación y Cultura-Conferencia Episcopal para el
seguimiento del Plan Nacional de Catedrales (1998-2003). En estos años se
plantea el cambio de la ley hipotecaria por el gobierno de Aznar y se pone en
marcha con todas sus consecuencias, iniciándose la inmatriculación de los
bienes más apreciados del patrimonio del Estado español. En 2005 fue
elegido presidente de la Comisión Episcopal para el Patrimonio Cultural de la
Conferencia Episcopal Española. La coordinación
nacional de la quinta visita apostólica del papa Juan Pablo II a España,
ocurrida entre los días 3 y 4 de mayo de 2003, sería el motivo por el
que el Rey le concedió la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica, hecho
que lo catapultó al obispado de Córdoba días después. Fue recibido con todos
los honores por la entonces alcaldesa Rosa Aguilar, acompañada por José Bono, a
la sazón presidente de Castilla-La Mancha.
En el año 2004 Asenjo se convierte en uno de
los protagonistas del llamado “Pacto de Santa Lucía”. El prelado fue
quien negoció con el entonces consejero de Economía y posterior presidente de
la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, la vuelta de
Cajasur a la competencia del Gobierno autonómico, tras el intenso
enfrentamiento del Cabildo catedralicio de Córdoba con Magdalena Álvarez, consejera de economía de la Junta de Andalucía.
En aquel momento la Caja atravesaba por un
momento muy crítico, por la pésima gestión de los canónigos responsables de
Cajasur. Sus operaciones inmobiliarias le llevaron a unas pérdidas de 4.000
millones de euros, lo que acabaría obligándole a entregar las llaves al Banco
de España. En ese momento se encienden las alarmas en la Iglesia y
ordenan a Iceta, Obispo de Bilbao y anterior consejero de Cajasur, pactar con
el PNV para que Cajasur sea absorbida por BBK, con la condición de no levantar
las alfombras y no airear ciertas actividades cometidas por la entidad
eclesiástica. El 17 de julio de 2010 el
Banco de España, auspiciado por el Gobierno de Zapatero apoyado por el PNV,
decide que sea la entidad BBK Bank la dueña de Cajasur, con lo que se frustra
la pretendida Caja única de Andalucía. Una vez más el PSOE pone los interese de
partido por encima de los de Andalucía. La operación emprendida por Juan José
Asenjo tendría su recompensa por la labor ejercida en todo el proceso de
Cajasur: el arzobispado de Sevilla (2009).
Bajo el episcopado de Asenjo la
Mezquita-Catedral fue acentuando su carácter catedralicio. Este
prelado, avezado en las artes diplomáticas, ordenó fraguar todo el argumentario
proclive a demostrar la propiedad eclesiástica de la Mezquita. La figura del
canónigo Manuel Nieto Cumplido fue fundamental a la hora de poner en marcha su
relato sobre la arquitectura e historia del monumento. En este ensayo, Nieto
Cumplido llegaría a proponer una nueva interpretación de la arquitectura de la
Mezquita, basada en la dependencia que, a su entender, ésta tiene de las
culturas grecorromanas y bizantina en la construcción fundacional de Abderramán
I y en la ampliación de Alhakan II respectivamente. Nieto consideraría que la
Mezquita fundacional no responde a un proyecto original de los musulmanes,
creador de un nuevo estilo en España. Curiosamente, su punto de vista se
contraponía a uno de los cuatro criterios por los cuales la Mezquita-Catedral
fue inscrita en 1984 en la lista del Patrimonio Mundial: “Las dimensiones de la Mezquita de Córdoba y su majestuosa altura
interior, que nunca ha sido igualada, hacen de ella una obra artística única”.
La firma del “Pacto de Santa Lucía”, sería
aprovechada por Asenjo para dar un paso más, la inmatriculación del monumento.
De manera inconcebible, los responsables políticos de la cultura, consejero y
ministra, ambos del PSOE, no se enteraron de la escandalosa inmatriculación de
la Mezquita por treinta euros. Tuvieron que ser unos particulares en 2009 los
que levantaron el secreto. La ansiada inmatriculación de la Mezquita por la
Jerarquía cordobesa respondía al hecho de que
antes del 2010 la Iglesia cordobesa manejaba dos grandes tesoros, el
financiero (Cajasur) y el turístico (la Mezquita). A partir del 2010 solo le
quedó la Mezquita y no dudaron en salvaguardar sus intereses con uñas y dientes.
Los mismos que ponen el acento en la Catedral intentando eliminar la historia
andalusí del monumento, viven de los ingresos millonarios que aportan las
visitas a la Mezquita cada año.
A
partir de ahí seguiría inmatriculando templos y otros bienes inmobiliarios de
la diócesis de Córdoba, y posteriormente de la sevillana cuando fue nombrado
arzobispo. En 2010 inmatriculó la Catedral de Sevilla con sus dependencias, la
Giralda y el Patio de los Naranjos, las dos obras andalusíes que quedaron en
pie después de la destrucción de la gran mezquita almohade auspiciada por el
cabildo catedralicio hispalense. El Patio de los Naranjos dejaría de estar
abierto gratuitamente al público, incorporándose a la visita de la catedral
previo pago.
La
autoridad civil sevillana, encabezada por un alcalde socialista, acaba de premiar
a este señor purpurado con motivo de su jubilación, otorgándole el título de
hijo predilecto, cuando entre sus “méritos” está el pretender usurpar el
patrimonio de Sevilla y Andalucía. Por el contrario, el papa Francisco no le ha
otorgado el capelo cardenalicio, la ansiada distinción para cualquier jerarca
católico.
Miguel Santiago Losada
Profesor y miembro de la Plataforma
Andalucía Viva
Comentarios
Publicar un comentario