DÍA INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS.
Mañana,
10 de diciembre, haremos memoria de la declaración universal de los derechos
humanos; que de cumplirse, los más de 6.000 millones de personas que habitan en
el planeta gozarían de una verdadera ciudadanía.
Es
nuestra obligación recordar que decenas de niños en nuestra ciudad no tienen
una familia que los críen y los quieran. Niños que pasan meses e incluso años
en centros de menores a la espera de ser acogidos por personas dispuestas a
ofrecerles un corazón y un hogar.
¿Cuántas
abuelas y abuelos subsisten con pensiones que apenas le alcanzan para malvivir
y, lo que es más triste, en extrema soledad? ¿Cuántas mujeres siguen viviendo
el maltrato físico y psicológico en sus propias casas y familias? ¿Cuántas
personas viven en extrema pobreza, padeciendo la lacra social de la exclusión?
Y pasan los años, con crisis o sin crisis, y las asociaciones en defensa de los
derechos humanos siempre nos recuerdan las mismas cifras.
Sin
embargo, mañana tiene un nombre propio: Aminetu Haidar, si nadie lo remedia,
cumplirá 25 días en huelga de hambre, por exigir un derecho tan básico como el
que le permitan vivir en su propia tierra con sus hijos y demás seres queridos.
Ojalá, no se cumpla la viñeta que Peridis dibujó ayer en el diario EL PAIS, en
la que se ve a Zapatero pensando:
“Esta vez no estaré solo (…) en el
atolladero.
Lo malo es que a lo mejor me tienen
que acompañar
(…) en el sentimiento”.
Córdoba,
9 de diciembre de 2009.
Miguel Santiago Losada
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