Aminetu haidar

Antonio Tejero, nuestro embajador cordobés en el aeropuerto de Lanzarote, al igual que lo han hecho decenas de actores y escritores como Willy Toledo, Pedro Almodóvar o José Saramago, se han solidarizado con una mujer que podríamos calificar como la "rosa humana del desierto", Aminetu Haidar. Una mujer cuya sensibilidad y dignidad la han llevado a rebelarse con otros tipos de violaciones, como la que ejerce el Estado pseudo-democrático marroquí, que condena al empobrecimiento social a su propio pueblo y viola el derecho del pueblo saharaui a sentirse nación y a tener su propia identidad.
Marruecos ha reconocido que el motivo que llevó a sus autoridades a expulsarla, no es la primera vez que ocurre, fue debido a que voló al Sáhara Occidental identificándose como saharaui y no como marroquí. La expulsión de Haidar fue inmediata cuando ésta rellenó el formulario de entrada a Marruecos y escribió saharaui en el apartado dedicado a "nacionalidad".
Su delito es sentirse saharaui y por eso Aminetu, con su más profunda dignidad que le otorga su persona, ha dicho ¡basta ya! a la violencia del Estado de Marruecos, llevando más de dos semanas en huelga de hambre. Mientras el Gobierno español ha mostrado una gran dosis de nerviosismo y falta de autoridad internacional en este asunto.
Durante estas semanas estamos asistiendo desde esta gran balconada europea que supone la orilla norte del Mediterráneo a un lamentable episodio en el que España, en particular, y el resto de los países de la UE hacen mutis por el foro. España tiene miedo de que este suceso pueda deteriorar las relaciones con Marruecos, según ha reconocido el propio ministro de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, que confía en que las relaciones con Marruecos continúen estables. Por ahora, lo único que ha pedido es comprensión al país vecino para que permita viajar a Aminetu al Sáhara. Mientras, el cónsul marroquí le exige que le pida perdón a Mohamed VI por lo que podríamos considerar como su "criminal atrevimiento".
La situación es de tal violación a los derechos humanos que la Audiencia Nacional ha reconocido un delito en la deportación por la fuerza. Sin embargo, la reciente reforma de la ley Orgánica del Poder Judicial, que limita la justicia universal, impide a la Audiencia Nacional investigar los hechos. Leire Pajín y Pedro Zerolo, entre otros dirigentes socialistas, están intentando solucionar el conflicto con tal grado de tibieza que provocan vergüenza por permitir una violación internacional de los derechos humanos en su propio territorio.
Señor Presidente del Gobierno, por ahí no está el camino del progreso, la solidaridad, la tolerancia y la justicia social. No se esconda en casos donde el Ejecutivo se juega su dignidad. Dé la cara como un demócrata progresista y señale sin titubeos la sangrante política del Gobierno del país vecino del sur.
El 25 de noviembre, día internacional contra la violencia de la mujer, Aminetu significó un rayo de luz para todo el mundo, que traspasó todas las fronteras físicas, irradiando de humanidad a todos los corazones que están dispuestos a conseguir un mundo libre de todo tipo de violencia. Gracias, Aminetu.
*Profesor y Presidente de la Asociación KALA


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