4D, DÍA DEL PUEBLO ANDALUZ
La Arbonaida,
nuestra bandera andaluza con nombre propio al igual que la Señera catalana o la
Ikurriña vasca, protagonizó el 4 de diciembre de 1977 las grandes
manifestaciones del pueblo andaluz que perseguían dos objetivos: la identidad nacional como
pueblo y acabar con el subdesarrollo. Un día histórico de Andalucía y del andalucismo debido a la
conquista soberana del pueblo andaluz a pie de calle, que llevó al referéndum
del 28 de febrero de 1980.
En 2022, a propuesta del Presidente
de la Junta de Andalucía, se aprobó un decreto ley para establecer el 4 de diciembre como el Día de la Bandera de
Andalucía. El presidente andaluz ha manifestado que conmemorar
aquel día “no es patrimonio de nadie, sino de todos los andaluces porque el andalucismo solo tiene sentido si es transversal,
si nos une a todos y si no excluye a nadie”. Resulta
curiosa la evolución del PP, revestido ahora con la verde y blanca cuando desde
un principio se desmarcó de la autonomía andaluza, no asistiendo a la
manifestación del 4D, ni apoyando la autonomía andaluza por el artículo 151 de
la Constitución. De los 16 diputados
de su partido en 1978, ocho votaron a favor de la Constitución, cinco en contra
y tres se abstuvieron. Muy probablemente, entre otras causas, no aceptaban
el artículo dos de la Constitución, que compatibiliza el Estado español con sus
diversas nacionalidades.
Las
manifestaciones del 4 de diciembre de 1977 celebradas por el pueblo andaluz
supusieron el reconocimiento de Andalucía como nacionalidad, al igual que
Cataluña, País Vasco y Galicia. Un pueblo que proclamó su identidad cultural,
social y política bajo el lema de “Libertad, Amnistía y Estatuto de Autonomía”.
Coreándose en las calles consignas como “emigrantes, aquí”, “paro no, trabajo
sí”. Aquellos
hombres y mujeres del tardofranquismo sumidos en la pobreza y la marginación,
sabían que la culpa de sus problemas eran la dictadura y el centralismo. Por
eso atestaron las calles de Andalucía para pedir libertad y autonomía. Hoy “los dolores”,
como diría Blas Infante, que sufre el pueblo andaluz siguen vigentes. Hoy
nuestros emigrantes son los jóvenes cualificados que ante la falta de
oportunidades se ven obligados a buscarse la vida en otras latitudes. Andalucía
sigue batiendo el ranking estatal en tener los barrios con mayor
empobrecimiento y exclusión social. En las rentas per capitas, los salarios y
las pensiones se encuentran en el farolillo rojo del Estado. En los últimos
años se está favoreciendo la educación y sanidad privada en detrimento de la
pública. Sin olvidar la política medioambiental y el desarrollo sostenible desarrollada
por la Junta de Andalucía que favorece la especulación, como es el caso de la
vivienda, gentrificando los cascos históricos de nuestras ciudades. Andalucía sigue
estando a la cola en todos los índices de desempleo, pobreza y emigración.
Gobiernos de izquierdas y derechas, autónomos y en Madrid, no han sido capaces
de cerrar esta herida histórica después
de 46 años de constituirse la Junta de Andalucía. Aún sigue vigente la letra de la
murga de los currelantes de Carlos Cano: “sacabe el paro y haiga trabajo, escuela gratis, medicina y
hospital, pan y alegría nunca nos falten, que vuelvan pronto los
emigrantes, haiga cultura y prosperidad”.
Por último, recuerdo
al gobierno municipal, que se cumpla el acuerdo de rotular a los jardines
anejos a la plaza de Andalucía (entre avenida de Fray Albino, calle Israel y
calle Cordel de Écija) con el nombre de Jardín 4 de Diciembre, como lo aprobó la
Junta de Gobierno Local a propuesta favorable, por unanimidad, del Consejo Rector
de la Gerencia Municipal de Urbanismo el 27 de febrero de 2019.
Córdoba, 4 de diciembre de 2024
Miguel Santiago Losada
Profesor, escritor y patrono de la Fundación
Blas Infante
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