VIOLENCIA ECONÓMICA
Les
enseñaba a mis alumnos que un problema siempre tiene solución, de lo contrario
no es un problema, es una mentira, una excusa. Otras elecciones, otra campaña
electoral y más de lo mismo. ¿De verdad se quiere solucionar el problema
catalán? Me preocupa que con todos los problemas sociales que tiene el Estado
español se siga alimentando el conflicto creado por tanta incompetencia
política, a la vez que crece la extrema derecha. Posiblemente más que
incompetencia sea una manipulación para acallar y velar los acuciantes
problemas sociales que viven miles y miles de personas, sobre todo en aquellas
regiones y nacionalidades, que como el caso de Andalucía, están a la cola de
las regiones europeas más desfavorecidas. Según
el indicador AROPE de la Red Europea de Lucha contra la
Pobreza y la Exclusión Social en el año 2018, las tasas de pobreza más bajas corresponden al
País Vasco y Navarra, con el 12,1 % y el 12,6 % respectivamente, y las más
altas se registran en Andalucía (38,2%) y Extremadura
(44,6%), lo que indica que existe un norte enriquecido y un sur empobrecido.
El
Estado español soporta más de un 20% de desempleo en las comunidades con mayor
riesgo de pobreza. Una pobreza que padecen más de doce millones de personas (AROPE),
lo que supone el 26,1 % de la población española, llegando al 29,5 % en la
población infantil. Desvelando los dramáticos datos de este observador social el
55,3% de la población tiene alguna clase de dificultad para llegar a fin de
mes, incrementándose la tasa en dos puntos porcentuales con respecto a 2017. Es
evidente el empeoramiento en las condiciones de vida de las personas más pobres.
En otras palabras, si la crisis duró tres años para la población con mayores
ingresos, para la más pobre lleva ya nueve años, lo cual demuestra a las claras
que la recuperación
económica en España favoreció cuatro veces más a los más ricos que a los más
pobres, aumentando la brecha de la desigualdad social debido a la precarización
del mercado laboral, un sistema fiscal injusto y las altas remuneraciones de
accionistas y altos directivos, que crecen a expensas de los salarios más
bajos. Esta violencia económica que sufre la población más desfavorecida supuso
en 2017 que el 1% más rico en España capturase el 40% de toda la riqueza
creada, cuando el 50% más pobre apenas consiguió repartirse un 7% de ese
crecimiento.
Si
bajamos a Córdoba las cifras son aún más escalofriantes. La provincia con más
paro de España está a la cola en la renta media de los pensionistas, en la
renta media familiar, en la inversión de las Administraciones Públicas, además
de seguir la sangría de la despoblación, sobre todo juvenil. La capital de
Córdoba padece el gran dolor de tener sus barrios más empobrecidos entre los
más necesitados de todo el Estado. Un ranking que debería sonrojar a nuestros
representantes políticos. Y mientras tanto se sigue hablando del procés, del
brexit. Nuestra provincia, como toda Andalucía, está extenuada de tanta
violencia económica, que hace que consumamos toda nuestra energía en buscar el
pan de cada día. Tendríamos que pensar el por qué la empresa municipal de limpieza Sadeco lleva contabilizados
un total de 173 contenedores quemados en las zonas más empobrecidas hasta el
mes de agosto. La brecha social hace que mientras en otros lugares se
enarbolan banderas para pedir más autonomía e independencia, Andalucía enarbole
la verde y blanca para pedir más derechos sociales que nutran los estómagos de
sus hijos.
Córdoba
es una provincia privilegiada por su naturaleza, por su legado
histórico-artístico, por su situación estratégica, por sus ricas tierras
productivas, por ser un referente biosanitario y agronómico. Necesitamos tomar
conciencia y levantarnos, empoderarnos y elevar nuestra autoestima para conseguir
vivir con la misma dignidad que otros pueblos.
Córdoba,
29 de octubre de 2019
Miguel Santiago Losada
Profesor y escritor
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