Horror en la costa ceutí

Aba guardó para siempre en lo más profundo de su corazón la mano de su madre acariciándole, el canto melodioso de su progenitora mientras se dormía en su regazo, la mirada vidriosa cada vez que no podía darle el alimento que él necesitaba para su crianza; el olor de su cuerpo, que todos/as los/as hijos/as guardamos como oro en paño cuando dejan esta vida. Aba, a modo de moviola, recordaba el hambre, la sed, la enfermedad, los malos tratos, las veces que estuvo a punto de morir mientras cruzaba la dura travesía que lo condujese al Norte de Africa, para poder embarcar a la conquista pacífica y humana de una mejor vida.
Sus recuerdos le hicieron olvidar por un momento que su cuerpo sucumbía en las frías aguas del Estrecho. Posiblemente su última imagen fuese la de una inmensa humareda provocada por botes de humos, la de pelotas de goma y balas de fogueo sobre el neumático que lo mantenía a flote, lanzados por el cuerpo de seguridad del Estado para que no alcanzase las aguas jurisdiccionales españolas, cuando lo que esperaba era que lo socorrieran.
En la otra orilla, la gente con entrañas y las ONG alzan su voz denunciando las políticas inhumanas que causan este tipo de atentados contra la humanidad, señalando al ministro del Interior y al director general de la Guardia Civil como responsables directos, por evitar a toda costa la llegada de estas personas indefensas a la costa ceutí.
Aba y sus compañeros perdieron la vida en esta tragedia, que pone de manifiesto la más dura violación de los derechos humanos. Sus nombres quedarán inscritos en la memoria del pueblo africano, que durante siglos ha sido víctima de un Primer Mundo sin escrúpulos, que no sólo saquea los bienes naturales de su tierra sino que somete, esclaviza, desprecia y mata a sus hombres y mujeres.
En poco tiempo hemos vivido terribles situaciones, como la de Lampedusa o la que acabamos de presenciar. Estamos hartos de que la UE siga mirando sólo hacia sus intereses económicos, mientras avanzan los partidos y las acciones de extrema derecha. Ante esta política que castiga sobre todo a las personas más empobrecidas ¿qué medidas piensan recoger los partidos en sus programas para las próximas elecciones europeas? De ello dependerá que siga habiendo más Lampedusas, más muertes en el Estrecho, más centros de internamiento para inmigrantes sin papeles, más personas sin derecho a la salud o a la educación, más seres humanos viviendo hacinados en infraviviendas; de ello dependerá que no sintamos vergüenza de pertenecer a esta vieja Europa.
* Profesor y presidente de la Asociación Kala


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