EL SUEÑO DE UNA CIUDAD INTERCULTURAL
Este año se cumple el
30 aniversario de la declaración, por parte de la Unesco, de la Mezquita de
Córdoba como Patrimonio de la Humanidad. Fue uno de los primeros monumentos declarados
con tal distinción en nuestro país.
Ello significó el
reconocimiento de la historia de Córdoba a nivel mundial, que posteriormente se
reafirmó con la declaración del Casco Histórico. La Mezquita venía a
convertirse oficialmente en el símbolo universal de la ciudad. No en vano,
junto con Medina Azahara, muestra lo que la ciudad llegó a ser durante la época
árabe, sobre todo entre los siglos VIII al XI. Sin ninguna duda, de las dos
épocas más gloriosas históricamente hablando, la romana y la árabe, sería esta
última cuando Córdoba alcanzaría su cénit a nivel cultural, científico,
arquitectónico, social...; una ciudad en la que convivieron diferentes culturas
y sus pensadores lograron recuperar el legado de los filósofos griegos.
Precisamente, al cordobés Averroes (1126-1198) se le considera el paladín del
aristotelismo en la España musulmana, que repercutió en todo el Occidente
cristiano.
Para rememorar la
etapa más gloriosa de la historia de Córdoba pronto tendremos una fecha muy
significativa para nuestra ciudad. Entre los años 2016 y 2017, según las
diferentes fuentes históricas, se cumplirán 1.300 años en los que Córdoba se
convirtió en la capital de al-Andalus. Sería de desear que las instituciones
públicas cordobesas y andaluzas pusieran todo su empeño en rememorar tan
importante acontecimiento histórico para la ciudad y para Andalucía. Se podría
aprovechar dicha efemérides para que la Unesco declarase Patrimonio de la
Humanidad a Medina Azahara, tan reclamada tanto por la propia ciudadanía como
por muchos intelectuales de la comunidad internacional. Medina Azahara necesita
urgentemente que se le dote de unos accesos acordes con su categoría
arqueológica, museística e histórica y de un transporte público que permita la
llegada de miles de turistas.
Por otra parte, si
queremos que la Mezquita-Catedral siga siendo el gran símbolo histórico y
artístico de la ciudad urge crear un patronato promovido por las instituciones
públicas que diseñe un plan estratégico para el monumento, que marque las
pautas de conservación, actividades a realizar, plan económico..., para que
este gran monumento mundial deje de estar al arbitrio de quién ocupe la silla
del Obispado cordobés.
Junto a ello se hace
imprescindible la valoración de nuestro subsuelo, desarrollando una ruta de
jardines arqueológicos: Cercadilla, anfiteatro romano, Ategua, Jardines de
Orive,... que visibilicen las ricas entrañas de nuestra ciudad. Para ello es de
vital importancia que se retome el convenio arqueológico entre la Gerencia de
Urbanismo y la Universidad de Córdoba.
Mientras tanto,
bienvenidos sean acontecimientos como la celebración en el 2015 de los 700 años
de la construcción de la Sinagoga de Córdoba, ya que celebraciones como ésta le
dan consistencia al espíritu intercultural que deseamos para nuestra ciudad.
Ojalá se aproveche dicho acontecimiento para que se haga el centro de
interpretación de Sefarad, la tierra de los judíos originarios de España y
Portugal, que la Junta de Andalucía tiene pendiente.
Indiscutiblemente hace
falta un gobierno municipal que lidere y sepa aglutinar todas las fuerzas
internas y externas con las que cuenta la ciudad para hacer de su historia un
gran motor económico que nos saque del anquilosamiento económico, social y
cultural en el que nos encontramos, un gobierno municipal que apueste por
fomentar todas las vías de comunicación que la ciudad tiene a su alcance, entre
otras, el infrautilizado aeropuerto.
Córdoba es por esencia
tartésica, íbera, cartaginesa, romana, árabe, judía, cristiana, y su ciudadanía
se lo tiene que creer. El día que superemos el miedo al otro, que nos hace
intransigentes y nos empobrece la mente y el espíritu, Córdoba despegará de su
letargo y quizás vuelva a ser la ciudad que le corresponde en la historia
universal. De esta manera habremos recuperado nuestra memoria colectiva,
disfrutaremos de nuestro presente y habremos ganado el futuro.
* Profesor y
presidente de la Asociación KALA
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