SOCIEDAD DUAL / SOCIEDAD POLICIAL
El
proceso de des-ideologización que estamos padeciendo se basa en los conceptos
económicos como globalización e
internacionalización, que muestran a las claras que estamos en presencia de una
nueva etapa del desarrollo capitalista internacional (el llamado
neoliberalismo),en el que los intercambios financieros y el juego de las
empresas transnacionales rebasen las fronteras de los Estados, imponiendo una política económica de corte monetaria que determina en último término, qué tipo de
política micro y macroeconómicas deben llevar a cabo el conjunto de los
Estados.
Desde
estas coordenadas se diseña la construcción del “Proyecto Europeo”, que
se plasmó en Maastricht, para desarrollar a nivel continental esta
globalización económica.
Este nuevo
modelo económico tiene unas consecuencias sobre los D.D.H.H. cada vez más
perceptibles, al anteponer los intereses económicos por encima de la población.
Al ser un modelo que aboga por el “fin de las ideologías”, que predica el
“sálvate a ti mismo”, “tanto tienes tanto vales”, y otros mensajes
profundamente desintegradores, insolidarios
e individualistas, que conducen a actitudes racistas y xenófobas. Esto
tiene como consecuencia más sangrante los 18 millones de parados y los 40
millones de personas pobres que habitan en Europa.
En el caso del Estado español, este
proceso ha significado una mayor desigualdad en la distribución de la renta,
una experiencia sin precedentes en el desempleo, una precariedad laboral y una
marginación y exclusión social a todos los niveles. Hemos alcanzado la
preocupante cifra de 8,500.000 de pobres, de los que más de 2.000.000 son
andaluces.
Córdoba, dentro de este contexto, está
a la cola del bienestar, lo que está generando una sociedad dual; los
ciudadanos pertenecientes a los “grupos de riesgo” (EMPOBRECIDOS) y los
ciudadanos que “no pertenecen a estos grupos” (ENRIQUECIDOS O BURGUESES).
Esta regresión social que provoca
exclusión y marginación, es respondida por el poder que promueve el “proyecto
europeo” a través de un paquete de medidas represivas: proliferación de nuevas
macrocárceles, proliferación de comportamientos violentos a través de los
medios audiovisuales, proliferación de comportamientos xenófobos y racistas,
endurecimiento legislativo (nuevo Código Penal, nueva Ley del Menor, nueva Ley
de Extranjería...), reforzamiento de la llamada “Europa fortaleza” (blindaje
del Estrecho), fortalecimiento de la estructura militar (OTAN)...
De todas estas medidas represivas –
policiales, quisiera resaltar la proliferación de campañas sobre lo que se ha
venido en llamear “inseguridad ciudadana”, que ha traído como consecuencia que
hasta una parte del movimiento ciudadano demande más presencia policial y el
adelanto, incluso, de la edad penal.
No es una casualidad que desde los
diversos intereses políticos (en función de cada partido, administración...) se
estén dando una serie de hechos que abogan, ante el proceso de dualidad social
de nuestra ciudad, al fortalecimiento de medidas de seguridad, y que se
concretan en una mayor presencia policial. Pongamos los últimos ejemplos:
·
La misma alcaldesa de Córdoba solicitará a los comerciantes que
contraten seguridad privada (la representante del Ayuntamiento supuestamente
más progresista del estado español).
·
El PP ofrece al PSOE pactar el futuro de la policía (lo que demuestra
el proceso de derechización del partido socialista)
·
Algunos colectivos del distrito noroeste de nuestra ciudad se dedican
a constituirse en movimiento parapolicial, realizando un censo de la
delincuencia en sus barrios. ¡De auténtica locura!. Estrategia que si no se
evita puede provocar una “guerra entre pobres”.
Y por si fuera poca la paradoja,
resulta que desde la Subdelegación del Gobierno se afirma que, según los
últimos datos, la delincuencia en nuestra ciudad ofrece unos índices más bajos,
lo que supone un “discurrir positivo de la seguridad ciudadana en Córdoba”.
Mi discreta propuesta a tal
desaguisado, consiste en estos dos puntos:
1. La
respuesta a la sociedad dual que el “modelo europeo” nos está construyendo no
pasa por más seguridad – control policial, y ni mucho menos parapolicial.
2. La
respuesta es social: una respuesta que vaya encaminada a una nueva
redistribución de la riqueza, tendente a disminuir la distancia tan abismal que
existe entre los distintos sectores de la población. Y esto se concreta con una
política laboral, formativa, de vivienda... coordinada y fomentada por todas
las administraciones y contando con el movimiento ciudadano.
MIGUEL
SANTIAGO LOSADA
Delegado
en Córdoba de la APDHA
Febrero 2001
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