CHIAPAS, UN MUNDO DE VIDA
El mundo de la
vida pertenece a las mujeres y hombres, niños y ancianos, que viven la
afectividad, la solidaridad, la libertad, la justicia, la igualdad,… de una
manera cercana y humanizadora. En contraposición, el mundo de la muerte se basa
en el poder avasallador y corrupto, en la economía neoliberal que mata de
hambre, en la injusticia social que crea barreras infranqueables entre los
mundos.
Un ejemplo del
mundo de la vida se llama Chiapas, pueblo entrañable y tremendamente solidario
y acogedor, que clama por sus derechos.
El mundo de la
muerte, marcado por los intereses de una economía de mercado salvaje, utiliza
como títeres de trapo a los gobernantes de los países del Tercer Mundo,
causando que 40.000 niños mueran de hambre todos los días; que la humanidad
esté rota por los cincuenta conflictos bélicos a lo largo y ancho de todo el
planeta; que las bolsas de exclusión social sean cada vez mayores, incluso en
los países desarrollados, donde un nuevo y feroz nacionalismo económico cierra
las fronteras a cualquier ciudadano empobrecido. Un mundo que no está dispuesto
a que la llama de la humanidad ilumine el camino de la fraternidad, la igualdad
y la justicia. Ayer apagó las esperanzas
que anidaban en los pueblos nicaragüense, salvadoreño,… hoy quiere hacerlo con
el pueblo chiapaneco.
El mundo de la
muerte expulsa a los ciudadanos solidarios que luchan al lado del pueblo, para
que las atrocidades se puedan cometer sin testigos. La Comisión Internacional
de Observadores, que denunció la hipocresía y desvergüenza del gobierno
mexicano, títere del mundo de la muerte, constató cómo los extranjeros están
haciendo un formidable papel como escudos humanos para que los militares y paramilitares
no arrasen y asesinen al pueblo.
El mundo de la
muerte asesinará a quién se interponga por delante de sus intereses y tenga la
osadía de defender a los pueblos de la tierra. Así lo hizo con Gandhi, Oscar
Romero, Luther King,… en la actualidad muchos hombres y mujeres padecen la
persecución del poder canalla que aniquila el verdadero sentido de la vida.
Las personas que
apostamos por el mundo de la vida, de los derechos humanos, tenemos que buscar
nuevas estrategias y mediaciones creativas que vayan socavando a ese otro mundo
de la injusticia y de la muerte. Estemos allá o acá, tenemos que seguir
tejiendo la red solidaria que permita que en el mundo de la vida quepamos todos
los seres humanos.
Miguel Santiago
Losada
Presidente de la APDHA
Córdoba, Mayo de 1998
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