NOS OFRECIERON EL TODO Y NOS DEJARON SIN NADA
ANÁLISIS Y CONSECUENCIAS
Cada día que pasa vemos y sentimos una cadena imparable de
cierres, crisis de empresas, ventas de industrias…, y se produce con tal
rapidez que ni siquiera podemos reaccionar a tiempo, ni tomar conciencia
suficiente de lo que está ocurriendo en nuestra ciudad.
La Azucarera de Villarrubia es el paradigma de lo que
venimos padeciendo desde los últimos veinte años, en los que Córdoba ha perdido
15.000 puestos de trabajo, años que se sustantivan bajo un denominador común,
la desindustrialización: crisis de las industrias metalúrgicas, cierre de la
Azucarera del Carpio, cierre de la Azucarera de Villarrubia, crisis en Colecor,
arranque de viñas y olivos, ganadería castigada por los “dichosos” cupos,
multinacionales que van sólo a su conveniencia…
Es sencillamente lo que está ocurriendo en Andalucía: cierre
de Astilleros, flota pesquera amarrada, crisis de Santana, de Interhorce, de
Puleva… Cuando preguntamos qué está pasando, nos contestan con mucha claridad:”no son competitivas”,
“pierden dinero”. Pero ¿a qué se debe?: ¿tecnología obsoleta? ¿Comercialización
insuficiente? ¿Productividad baja? ¿Salarios bajos y absentismo laboral? Si es
por lo primero, también tendría que cerrarse la BRIMZ XXI, sin embargo, sus
carros de combate, piezas de artillería… van a ser sustituidos por un nuevo
armamento de lata tecnología, convirtiéndose la Brigada en la “primera
industria de Córdoba”, según el general Oliver Buhigas. Para esto no se escatima
dinero, no hay reconversión. Si es por falta de comercio, cómo es posible que
los sistemas especulativos y financieros se mantengan tan altos. Si es por la
productividad baja por qué se sigue manteniendo el PER, los cargos políticos
innecesarios y los contratos basura… Si es por los salarios altos por qué no se
reparte el trabajo. Si hay tanto absentismo laboral en el funcionariado por qué
no hay un mayor control de la Administración. Tal vez no convenga porque
supondría revisar por arriba, siendo muchos los que se verían sometidos a un
expediente administrativo.
Al final, la única salida que se aplica es liquidar a la
empresa, con la menor conflictividad laboral posible. Resuelven el problema a
corto plazo pactando indemnizaciones o jubilaciones anticipadas y cerrando o
reduciendo a la mínima expresión las plantillas de las empresas. Mientras
tanto, los sindicatos comulgan una y otra vez con esta política. Cuando lo que
urge es una movilización social que exija resolver los problemas a largo plazo
para nosotros y para las generaciones venideras.
Todo lo anterior va generando paro y más paro, marginación y
más marginación, provocando que la ciudad tenga un 35% de su población
desempleada. Personas que aunque no trabajen tienen la “mala costumbre” de
comer tres veces al día como las que trabajan. Esta injusta e inconstitucional
situación provoca que la gente en los casos más extremos se vea abocada a
“buscarse la vida”: cartoneros, chatarreros, limpiacristales, limosneros,… Por
si fuera poco, algunos “ciudadanos de
bien” se extrañan de que vacíen los contenedores de cartón, que arranquen los
cables de electricidad de viejos y abandonados edificios. La situación está
llegando a tales límites, que el precio del kilo de cartón ha bajado de 17 a 3
pesetas. La consecuencia última de esta economía neoliberal es el aumento
imparable de la marginación social.
CAUSAS
Si hacemos un estudio a fondo de las raíces del problema
descubrimos que en el fondo de la cuestión hay una política irresponsable que
no va más allá de conseguir el voto fácil y de seguirle el juego a la economía
de los siete grandes países industrializados. Por todo ello. Es por lo que no
ha salido al paso del problema de la pesca, de la construcción naval, de tantas
industrias en crisis, del arranque de viñedos y olivos,… Es mucho más rentable,
políticamente hablando, los fuegos artificiales de la Expo 92 o Sierra Nevada
96, la flamante Brigada XXI, la proliferación de hoteles y hotelitos por
doquier para el turismo europeo, que nos convierte a los andaluces en los
sirvientes de los que vienen del Norte y en los guardianes de la frontera
europea de los que puedan venir del Sur.
Cualquier persona con conciencia debería hacerse la
siguiente pregunta: ¿Pensaron alguna vez los políticos qué beneficios acarrearía
a Andalucía la incorporación de España a la Unión Europea? Nos vendieron la
entrada a Europa como lo mejor para todos, al igual que lo hicieron cuando nos
incorporaron a la OTAN. Sólo nos vamos quedando con el sector servicios, sobre
todo turismo, para disfrute y relajo de los extranjeros ricos y con una
frontera para los pobres (buena brigada por si nos invaden los africanos),
convirtiendo a nuestra economía en dependiente y subordinada a los intereses y
caprichos de los países y regiones de la Europa de la primera velocidad y sus
multinacionales. ¿Acaso no tenían pensado nuestro destino, ser una región
europea de segunda velocidad al servicio de las de primera?
RESPUESTAS
Algunas podrían ir en esta dirección:
-
Utilizar nuestra voz par que nos oigan los ministros de
la Unión Europea, que se van a reunir en Córdoba, las consecuencias que estamos
pagando por sus políticas neoliberales: el empobrecimiento de nuestra ciudad y
de Andalucía en general.
-
Tomar conciencia de la realidad. Haciendo un análisis
crítico de la situación que nos lleva a convertirnos en una sociedad dual.
-
Mantener y potenciar la poca industria que nos queda,
sobre todo, la de derivados agrícolas.
-
Frenar las privatizaciones de las empresas públicas. En
Córdoba ha llegado la situación a tal extremo que hemos presenciado atónitos
como los políticos han dejado que la Caja de Ahorros, perteneciente a la
Diputación, haya sido absorbida por Cajasur, perteneciente al Cabildo
Catedralicio.
-
Desarrollar actitudes como las personas
pertenecientes a colectivos o sindicatos
reivindicativos, como el SOC y la Asociación Pro Derechos Humanos, que luchan
por la justicia social.
-
Movilizarnos de una manera coordinada para evitar que
cada colectivo vaya por su lado. Hace falta una unidad de acción.
-
Coordinándose las distintas administraciones para
evitar la marginación social que se está produciendo en Andalucía.
No dejemos que nos quiten la esperanza de que es posible un
mundo igualitario, libre, justo y solidario.
Miguel Santiago Losada
Delegado de la APDHA en Córdoba
Córdoba, octubre 1995
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