DOS ANDALUCES ASESINADOS HACE 88 AÑOS
Blas Infante con 51 años y Federico García
Lorca con 38 años fueron asesinados hace 88 años en manos de los fascistas. Dos
andaluces universales, hombres libres que lucharon por la igualdad y la dignidad, por la liberación de su
pueblo a través de la política y la cultura. Ambos conocían Córdoba, la
visitaron constantemente, le tenían una profunda estima y la eligieron para
desarrollar sus inquietudes, ya fueran de signo político o cultural.
Existe un gran
paralelismo entre el asesinato de estos dos andaluces muy queridos y conocidos.
Ambos fueron arropados por sus familias y amigos, personas cercanas que les
dieron todo su apoyo y les aconsejaron el exilio. En el caso de Blas Infante,
el médico Luis Yáñez. Junto a él, otras personas muy cercanas intentaron mediar
por él. Pedro Parías, gobernador civil y tío de Angustias, llegó a amenazar a
los que intercediesen por los detenidos, considerados “enemigos beligerantes”,
en clara alusión a Blas Infante. Federico acabaría refugiándose en la casa de
su amigo, el poeta Luis Rosales, debido a que dos hermanos del poeta eran
destacados miembros de la falange en Granada.
Tanto Blas como
Federico fueron detenidos por escuadras fascistas que sembraban el terror. A Infante lo detuvieron en
la mañana del 2 de agosto, mientras festejaba la onomástica de su hija, María
de los Ángeles; a Lorca la tarde del 16 de agosto de 1936, cinco días después
del asesinato del primero.
Los dos tuvieron mujeres
testigos en sus últimas horas. En el caso de Blas Infante, Rosario Delgado,
encargada de las tareas domésticas de la casa, y Angustias García Parias, su
esposa. En el caso de Federico, Angelina Cordobilla, criada de la hermana de
Lorca.
Los
dos fueron conducidos a cárceles improvisadas. Blas Infante al cine Jáuregui de
Sevilla, García Lorca a las dependencias del antiguo gobierno civil de Granada.
Ambos, centros
de torturas y violencia desde donde “se oían constantemente los gritos de las
víctimas”. Cárceles de terror y venganza, de muerte y
desesperación.
Siempre de
madrugada se oían los disparos asesinos que el viento hacía llegar a los
pueblos y ciudades aterrorizando a la población. En la madrugada del 10 al 11
de agosto unas balas asesinas terminaron con la vida de Blas Infante al grito
de ¡Viva Andalucía Libre! en el kilómetro cuatro de la carretera de Carmona.
Federico en la madrugada del 18 al 19 de agosto fue conducido al barranco de
Víznar para ser fusilado por orden del teniente coronel de la guardia civil
Velasco Simarro, bajo la supervisión de Queipo de Llano que le indicaría “más
café”. El mismo genocida, jefe supremo de las fuerzas golpistas en Andalucía,
estaría detrás del fusilamiento del padre de la Patria Andaluza.
Los cuerpos
de los andaluces universales, al igual que de otros miles de personas
represaliadas, fueron arrojadas a fosas comunes diseminadas
por toda Andalucía y el resto del país. Simbólicamente destacan dos: Pico Reja,
donde se encuentran sin identificar los restos de Infante, y el barranco de Víznar
donde la memoria aún espera ser rescatada.
Sirvan estos
versos del cantautor chileno, Víctor Jara, víctima también del fascismo para
que nunca olvidemos el terror de los asesinos:
¡Qué
espanto causa el rostro del fascismo!
Llevan a cabo sus planes con precisión artera sin importarles
nada.
La sangre para ellos son medallas.
La matanza es acto de heroísmo.
¿Es
éste el mundo que creaste, Dios mío?
¿Para esto tus siete días de asombro y trabajo?
Córdoba rindió
homenaje a Blas Infante con un busto en la plaza de Andalucía. Queda pendiente la
escultura del del universal granadino en la plaza de San Agustín, a la que
visitó en más de una ocasión.
Córdoba,
19 de agosto de 2024
Miguel Santiago Losada
Patrono de la Fundación Blas Infante
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