Signo de poder o de convivencia
La Mezquita-Catedral
de Córdoba fue declarada patrimonio mundial de la humanidad por ser símbolo de
convivencia en un mundo en que las violaciones a los derechos humanos son
incesantes. No hay mejor lugar en Europa para generar dinámicas inclusivas, de
confianza y diálogo, que ayuden al encuentro entre las personas que profesan
diferentes religiones o pertenecen a distintas culturas. La humanidad está
necesitada de espacios simbólicos de paz y fraternidad. El corazón de nuestra
ciudad, la Mezquita, convertiría a Córdoba en la capital de la convivencia.
Este anhelo choca
frontalmente con los tres últimos obispos de Córdoba que, muy lejos del
espíritu del Papa Francisco, han puesto toda su voluntad en hacer ver que hasta
el solar que ocupa la Mezquita les pertenece. El deseo de apropiarse del
monumento comienza en 1998 cuando el Obispado edita un folleto de mano en el
que la denominación de Mezquita-Catedral ha sido eliminada.
A ello le han sucedido
una serie de hechos que el Obispado ha aprovechado para seguir con su política
privatizadora y exclusiva del monumento. El atentado terrorista contra las
Torres Gemelas cambia el concepto de amenaza: se pasa de la que representaba
los dos grandes bloques a la actual situación de tensión mundial, entre
religiones y culturas, que invita a la guerra preventiva contra el eje del mal
(integrismo islámico) para proteger la identidad y seguridad de Occidente. Este
abominable acontecimiento junto a la petición formal que la Junta Islámica
elevó al Papa en 2004 para que les permitiera orar en la Mezquita, hizo
reaccionar al Obispado de Córdoba, reivindicando que, antes que mezquita, fue
basílica cristiana. Al respecto, la doctora Ruggles, de la Universidad de
Illinois, en un artículo en la Revista Antípoda (nº12, 2011), hace la siguiente
exposición: "en enero de 2005 una selección de materiales visigodos y romanos,
hallados en el lugar, fueron sacados del depósito y puestos en exhibición
(...). Si se les preguntara, con seguridad insistirían en que su objetivo es el
estudio y la exhibición de todos los aspectos de la compleja historia de la
construcción. Pero a pesar de sus tolerantes intenciones, la recepción de su
trabajo ha sido de miras estrechas, enfocándose más en la cuestión de la
identidad".
El obispo Asenjo,
copresidente de la Comisión Mixta Ministerio de Educación y Cultura-Conferencia
Episcopal para el seguimiento del Plan Nacional de Catedrales en el mismo
periodo en que Aznar modifica la ley hipotecaria para que los obispos se
adueñen del patrimonio religioso de España, da un paso determinante el 2 de
marzo de 2006 inmatriculando la Mezquita de Córdoba (es decir, inscribiendo por
primera vez la Mezquita en el Registro de la Propiedad como "Santa Iglesia
Catedral de Córdoba"). La inmatriculación coincidió con otros dos
acontecimientos: la subasta de cinco vigas de la Mezquita en la casa Christie's
de Londres, adjudicadas por algo más de 1,5 millones de euros, y la oración que
hizo Mansur Escudero en el exterior de la Mezquita-Catedral, al negarle el
obispo la posibilidad de rezar ante el mihrab.
El siguiente capítulo
tuvo lugar cuando en el suelo de la Mezquita, perteneciente a la época de
Abderramán I, se dejó al descubierto una excavación, que se cree perteneció a
un edificio del complejo episcopal visigodo. El Obispado asegura que son los
restos de la basílica de San Vicente. Según el arqueólogo Pedro Marfil, buen
conocedor de la Mezquita-Catedral, en la conferencia que impartió en Casa Árabe
el 9 de mayo 2013 titulada Una aproximación arqueológica: la Mezquita
Aljama cordobesa , dice al respecto que: "En el subsuelo de la
Mezquita de Abderramán I se encuentran restos con diferentes orientaciones y
diferentes fábricas que pertenecen a cosas anteriores a la Mezquita. No podemos
decir mucho más. No tenemos demasiados datos para poder afinar y decir
exactamente qué es lo que tenemos ahí" (https://www.youtube.com/watch?v=LAN/2Wfdh0OI) .
Coincidiendo con la
llegada del actual obispo, Demetrio, un grupo de musulmanes organizaron un rezo
en la Mezquita. La policía los puso a disposición judicial por haber infringido
la prohibición del rezo musulmán en el templo. Finalmente una sentencia
judicial los absolvió. El nuevo obispo ya había subrayado el mismo
planteamiento de sus antecesores: "No es posible el uso compartido de la
Catedral, porque no lo consiente la religión musulmana ni cabe en la verdad de
la religión cristiana". Este hecho ayudó a eliminar definitivamente el
nombre de Mezquita. En su lugar, en toda la cartelería y trípticos del monumento,
sólo se le denomina Catedral de Córdoba.
Estos datos muestran
la minusvaloración histórica y monumental de la Mezquita-Catedral durante los
últimos 16 años por parte del Obispado de Córdoba. Desde la Plataforma
Mezquita-Catedral, patrimonio de todos/as, hemos hecho pública esta denuncia
ante las Administraciones y la sociedad en general. Nuestras peticiones,
refrendadas por cerca de 400.000 firmas, se resumen en: una Mezquita-Catedral
de titularidad pública, o lo que es lo mismo del pueblo de Córdoba, un uso del
monumento que, manteniendo la liturgia católica, no dañe su valor histórico y
simbólico, y una total transparencia económica de los ingresos que genera el
turismo, que deben beneficiar a la propia ciudad.
* Asesor de la Cátedra Intercultural de
la UCO, portavoz de la Plataforma "Mezquita-Catedral, patrimonio de
todos/as" y miembro de Comunidades Cristianas Populares de Andalucía
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