Defendamos el estado de bienestar
El pasado 3 de septiembre volvía a
entrar por las puertas de mi Instituto. Me adentraba en un edificio con más de
40 años, testigo de cómo a partir de principios de los años 70 del pasado siglo
y con la instauración de la democracia se multiplicó la oferta de la educación
pública a pasos agigantados. Córdoba contaba en 1970 solamente con dos institutos,
el IES Góngora y el IES Séneca. En 1971 y en 1972 se amplía la oferta en
educación secundaria pública a dos más, el IES López Neyra y el IES Averroes,
respectivamente. A finales de esta década se crean el IES Blas Infante y el IES
Galileo Galilei. En la década de los 80 se aumentaría el número de plazas en
secundaria con el IES Trassierra, el Alhakén II, el Gran Capitán y Fidiana. El
IES Medina Azahara sería el primero de los que se fueron creando en la década
90. Después se construiría el IES Tablero, el IES Zoco, etcétera, sin olvidar
al IES Maimónides y Fuensanta, antiguos centros que sólo disponían de Formación
Profesional.
Hemos pasado de sólo dos centros de
educación secundaria a principios de 1970 a los alrededor de 20 actualmente
existentes. Podemos decir que la oferta ha ido aumentando hasta llegar al
1.000%, gracias a la apuesta decidida por invertir parte del dinero público en
educación.
En este sentido, no podemos olvidar
a la Universidad de Córdoba, que vio su luz hace 40 años, y a lo largo de este
período democrático ha llegado a consolidar un magnífico campus universitario
en materias relacionadas con la ciencia y la tecnología.
Si hacemos el estudio de cómo ha
cambiado el panorama de la provincia en asistencia sanitaria los datos son aún
más llamativos. Hemos pasado de la trasnochada Residencia Teniente Coronel
Noreña, que sólo existía a principios de los 70, a los 6 hospitales con los que
contamos hoy en día en nuestra provincia: el Hospital Regional Universitario
Reina Sofía (1976), los tres hospitales comarcales (Infanta Margarita de Cabra
de 1982, el Valle de los Pedroches de Pozoblanco de 1985 y el Hospital de
Montilla de 2004), y los dos hospitales de alta resolución (el Valle del
Guadiato, de Peñarroya, de 2009 y el de Puente Genil, de 2006).
Estos datos demuestran cómo nuestra
democracia consolidó el Estado del bienestar. Gracias a ello apenas hay
analfabetismo, ha aumentado considerablemente la población con estudios medios
o superiores y la esperanza de vida ha alcanzado unos niveles que demuestran la
consolidación de nuestro sistema sanitario, gracias a políticas de apuesta por
el bienestar de la mayoría de la población. Han sido muchos los déficits, pero
mayores han sido los avances.
Por ello, debemos de estar muy
atentos para impedir que las políticas de recortes no sigan adelgazando el
Estado del bienestar. En este mes de septiembre sólo la provincia de Córdoba
perderá 559 profesores y 60 médicos y enfermeros. De seguir así todo lo
conseguido en 40 años, con tanto esfuerzo e ilusión, lo pueden tirar por tierra
en una sola legislatura. Mucho me temo que el Gobierno de los recortes está
bastante convencido ideológicamente de lo que está haciendo. Por ello, mucho me
temo que no pararán si no encuentran respuestas en cada uno/a de nosotros/as y
de nuestras organizaciones ante tanto atropello. No es tiempo de lamentarse, es
tiempo de defender lo que tanto tiempo nos costó construir.
*Profesor y Presidente de la
Asociación KALA
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