También es persona
Las pupilas quedan
perdidas en los inmensos ojos negros de Amadou cada vez que rememora la semana
en la que un cayuco le llevó a Canarias. Siete días, con sus siete noches, en
los que se entremezclaban miedos y esperanzas. Temía por su madre que dejó
enferma y que le animó a marcharse para que un día, no muy lejano, le pudiese
mandar la ayuda para comprar medicamentos y restablecer la salud. Piensa en lo
que supondría el apoyo a sus hermanos para al menos poder acceder a los
estudios básicos de su país. Recuerda el océano agitado que a la caída de la
tarde se torna en un color oscuro amenazante para ese puñado de almas
indefensas y mal protegidas por la frágil embarcación, en cuyo centro cobijaron
a una joven mujer con su bebé de apenas unas semanas. Solamente se le
iluminaban sus ojos cuando pensaba en tener un trabajo para poder sacar
adelante a su familia y tener una vida digna. De Canarias lo trasladaron a
Almería, en donde ingresó en un centro de menores, el mismo día en el que la
Consejera de Bienestar Social igualaba a los inmigrantes con nuestros Erasmus,
y le aplicaron la prueba ósea de la muñeca, una prueba de la que desconfían
bastantes médicos forenses por su falta de rigor a la hora de calcular la edad.
Todos sus educadores se sorprendieron cuando el informe afirmaba que su
estructura ósea correspondía a un joven mayor de 18 años. Esta medida
imposibilitó que se regulase su situación. Después de unos meses, protegido y
apoyado por personas solidarias, viajó a Córdoba en la que encontró cariño,
techo, comida y atención sanitaria y educativa. Una red social de personas
pertenecientes a los ámbitos educativos, sanitarios, jurídicos y de orientación
profesional está despejándole el duro camino para que dentro de unos meses,
después de tres años de demostrada raigambre en nuestro país, iniciemos el
proceso de regulación. Sin embargo, después de haber superado muy duras pruebas
en su camino, el Gobierno le sigue atosigando, despreciando, impidiendo la
posibilidad de ser lo que es por naturaleza propia: ser humano. Ni siquiera
tendrá derecho a la asistencia sanitaria en un país plagado de clínicas
veterinarias para perros y demás animales domésticos. Solo le queda esperar que
el nuevo gobierno andaluz, salido de las urnas el pasado 25 de marzo, no
aplique tal medida ni ninguna que atente contra los derechos de miles de personas
como Amadou. No obstante ya empiezan a aparecer medidas no afortunadas en el
nuevo gobierno de Griñán al situar las competencias de inmigración en Justicia
e Interior, cuando la atención a la inmigración debe hacerse desde Igualdad,
Bienestar Social, Salud, Educación, Vivienda y Empleo. ¿Seguirá el gobierno
andaluz por la senda de los recortes en sanidad y educación aumentando la ratio
de alumnado por clase, que desfavorecería la educación de los inmigrantes y de
la sociedad andaluza en general, o será una alternativa real ante esas
políticas que atentan contra los derechos humanos?
* Profesor y
presidente de la
Asociación KALA
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