¿200, Sr. Rubalcaba?
Como las cuentas
del Sr. Rubalcaba sean como las estimadas para contabilizar las últimas
concentraciones de indignados de Madrid, según él unas 200 personas, debería de
hacer un curso rápido de contabilidad, a no ser que con su ya sabida ironía,
haya imaginado un nuevo número que represente una magnitud superior. No sería
la primera vez que esto ocurriera ya que desde la antigüedad el número tres o
el número siete significan la plenitud.
Sr. Rubalcaba,
los indignados pasivos o activos en Andalucía superan los dos millones de
personas, los del Estado más de ocho millones, los de Europa como mínimo pueden
rondar los 40 y los del mundo entero, al menos, 3.000 millones de personas.
¿Qué le parece? Como no dudo de su inteligencia, su cifra me hace pensar en un
nuevo número simbólico para expresar que son muchos, muchísimos los
indignados/as a causa de este sistema neoliberal que por unas causas u otras
mata y mata y vuelve a matar a millones de inocentes.
A modo de
ejemplo, valgan algunos acontecimientos vividos en estas últimas semanas:
Comencemos por
las miles de muertes producidas por la hambruna
de Somalia, entre ellos muchos bebés y niños/as que están muriendo en los
brazos de sus madres impotentes y desesperadas. Mientras tanto, el mundo
produce alimentos para doce mil millones de habitantes y la UE desarrolla una política
agraria tan cínica e injusta que paga a familias terratenientes de este país
millones de euros por el sólo hecho de no cultivar sus tierras. Un caso
sangrante es el de la duquesa de Alba que acaba de repartir su riqueza personal
entre sus siete vástagos, unos bienes que pueden rondar la friolera de los
3.500 millones de euros. Por cierto, el expresidente de la Junta de Andalucía, actual
vicepresidente del Gobierno, le concedió a tan ilustre dama la medalla de
Andalucía y uno de los últimos actos públicos que protagonizó el anterior
alcalde de Sevilla, Sr. Monteseirín, fue
la inauguración de una estatua a tan insigne señora en una plaza sevillana.
Desde Latinoamérica
nos llegan las manifestaciones en las
calles de Chile por miles de estudiantes que exigen una enseñanza pública.
Mientras, aquí hablamos del copago. Lo único que hay que hacer es que el que
más tiene más aporte al Estado, posibilitando sanidad y educación a todo el
mundo.
Es de total
actualidad el estallido de ira en la
periferia de Londres protagonizado por miles de jóvenes debido a los
recortes sociales, un conflicto que hereda lo que ocurrió en Paris en el año
2005, tras la muerte de una persona en
manos de la policía. Las políticas de derechas, tanto en la Francia de 2005 como en el
Reino Unido del 2011 son la causa de estos levantamientos cuyo trasfondo hay
que buscarlo en los recortes sociales y no en meros actos vandálicos que buscan
hacer daño. Un dato que aclara mucho las protestas: en Tottenham, donde se han
iniciado los disturbios, los fondos para servicios sociales juveniles se han
visto mermados en un 75%.
A miles de
kilómetros se manifestaban en Tel Aviv
300.000 israelíes indignados por el desorbitado precio de la vivienda y el
deterioro de la educación. ¡Qué lástima que muchos de ellos no se hayan
indignado mucho antes ante la dura realidad que viven sus vecinos/as
palestinos/as! Podría ser una gran oportunidad que esta indignación rompiera
fronteras.
En nuestro propio país, la crisis eleva
un 36% la petición de ayuda en los servicios sociales en un solo año. De cerca
de seis millones de personas que fueron atendidas en el 2008, han pasado a más
de ocho millones de personas en 2009, según el informe que las comunidades han
remitido al Gobierno. Como es de esperar, este porcentaje se habrá visto
incrementado en el último año. Urge reordenar y reactivar los recursos
disponibles para proteger a las familias en riesgo de pobreza y exclusión social. Las políticas sociales deben
considerarse políticas prioritarias del Estado, que representan el cuarto pilar
del Estado del bienestar.
En España
tenemos elecciones generales en noviembre, en Andalucía el próximo año. Miremos
con lupa antes de votar los programas que los partidos van a desarrollar con
respecto a las políticas sociales. Ya estamos viendo las consecuencias en
Cataluña, Madrid y otros lugares de la geografía española donde sus gobiernos
conservadores están recortando servicios sociales, sanitarios y educativos.
Tengamos las miradas muy atentas para que no nos tumben el Estado de bienestar
y, si no hay alternativas, exijamos desde las calles y plazas nuestros derechos
como ciudadanos/as.
Córdoba,
11 de agosto de 2011
Miguel Santiago Losada
Profesor
y Presidente de la
Asociación KALA
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