Reflexión postelectoral
Sobre las 21 horas del pasado domingo
electoral una vergüenza ajena brotaba de mis entrañas cuando los primeros
resultados electorales daban 7 concejales a la candidatura de UCOR, cuyo número
uno está imputado en el caso Malaya y debe una multa de 24,6 millones de
euros al Ayuntamiento de Córdoba. El pasado sábado tomó posesión de su acta
como concejal el próximo día 11 de junio. Mientras, otras personas que padecen
la lacra de las toxicomanías pasan años en la cárcel por pequeños hurtos
cometidos a causa su dependencia.
Conforme avanzaba la noche, el mal se fue
haciendo menor al quedarse con 5 concejales y obtener el PP mayoría absoluta,
lo que impide a UCOR poder tomar alguna decisión tanto en el Ayuntamiento como
en la Diputación. La
fiesta se le agrió al candidato de UCOR, a la que había invitado a las personas
que le dieron el voto, terminando en un lamentable espectáculo en el que tuvo
que intervenir hasta la policía. Días más tarde acusaría a los medios de
comunicación de ser los culpables de no haber obtenido mayoría absoluta.
Paralelamente a estos acontecimientos se
alzaron voces desde la calle, agrupadas en el movimiento social Democracia Real
Ya, al que apoyo y respaldo por la salud que aporta al sistema democrático.
Entre otras muchas reivindicaciones, de gran calado político y social, este
movimiento ciudadano pide la reforma de la ley electoral para que, entre otros
motivos, no se permita que un imputado, como el caso de Rafael Gómez, pueda
estar en una lista electoral. Sin embargo, si ahondamos sobre lo que ha pasado
en las elecciones municipales de nuestra ciudad, cabría preguntarse de dónde
proceden los 25.000 votos obtenidos por UCOR. ¿El pueblo se ha equivocado como
refería algún dirigente de IU? Un alto porcentaje de los votos que ha perdido
IU los ha contabilizado el nuevo partido, lo que hace que nos formulemos nuevas
preguntas: ¿qué política han desarrollado los responsables municipales durante
los últimos diez años para que haya habido este trasvase de votos a una
formación populista?, ¿qué ciudadanía se ha ido potenciando? Quizás, algo tenga
que ver la política de sonrisas, besos, abrazos desarrollada por la anterior
alcaldesa Rosa Aguilar, y a una mala gestión, que ha conducido a que los
grandes proyectos de nuestra ciudad aún permanezcan en maquetas.
Junto a IU, el PSOE ha sufrido un
descalabro en Córdoba, una vez más. Al igual que IU, no debe echar balones
fuera y asumir sus errores. No ha llegado ni a 20.000 votos en la ciudad y ha
perdido el gobierno de la Diputación. Entiendo que haya voces en el
interior de ambos partidos pidiendo responsabilidades.
Ni Córdoba era tan de izquierdas, ni es tan
de derechas; no nos engañemos. Si unimos los 45.000 votos obtenidos por IU y
PSOE, más los votos de Ecolo, de otros partidos minoritarios de izquierdas, los
votos blancos, algunos nulos y bastantes abstenciones, el electorado que se
mueve desde el centro a la izquierda estaría en torno a 80.000 personas.
Por último, sería muy saludable para esta
ciudad que el nuevo alcalde derribase las naves ilegales del nuevo concejal
antes citado y, a su vez, le hiciese pagar la multa que debe al Ayuntamiento.
* Profesor y Presidente de la Asociación KALA
Comentarios
Publicar un comentario