Señor Griñan

La marcha de Chaves a Madrid podría calificarla como agua de mayo. El panorama político andaluz viene padeciendo desde hace tiempo una enorme sequía ideológica, que ha tenido entre sus causas los casi veinte años de gobierno de Chaves, de los treinta de la historia comunitaria andaluza, excesivo tiempo para que una democracia sea saludable.
Indudablemente, en veinte años ha cambiado mucho Andalucía, como cualquier otro lugar del Estado, siendo obvia su modernización. Sin embargo, voy a centrar mi evaluación al presidente saliente en lo referente a la política social, materia preferente para un gobierno de progreso, que a mi modesto entender ha sido a todas luces insuficiente.
Según la encuesta de Condiciones de Vida de 2006, la tasa de pobreza en Andalucía se sitúa en el 29,1% de su población. Durante las legislaturas gobernadas por el anterior presidente, este porcentaje no ha cambiado, muestra de que el principal problema de nuestra tierra no ha sido el asunto prioritario en su agenda. Prueba de ello es que después de dos décadas no ha puesto en marcha una la ley de inclusión social.
Una pobreza que ha derivado en que miles de familias padezcan la exclusión social, espada de Damocles que atraviesa toda Andalucía, desde el barrio del Puche en Almería hasta el Cerro del Moro en Cádiz, pasando por Almanjáyar en Granada, los Asperones y la Palma-Palmilla en Málaga, Torremolinos y Palmeras en Córdoba, Polígono Sur en Sevilla, por no hablar de la situación insostenible en la que se encuentran algunas comarcas de nuestra geografía que rondan el 10% de población en exclusión, como es el caso de la Bahía de Cádiz o la comarca de Lebrija en Sevilla.
Esta injusta realidad es la causa de que Andalucía sea la comunidad autónoma con más personas encarceladas, 17.089, y la segunda con un mayor número de presos en función de sus habitantes, el 0,21% frente al 0,16% la media nacional, según datos de Instituciones Penitenciarias.
Al mismo tiempo, el fenómeno de la inmigración se ha ido haciendo cada vez más palpable durante este período de tiempo. Otra realidad social que requiere de medidas políticas encaminadas a la inclusión de miles de personas procedentes de países empobrecidos y que ahora deambulan por nuestros campos sin techo ni pan ni nadie que les dé respuesta. Según un informe elaborado por la Asociación de Mujeres Progresistas de Andalucía, 58.590 mujeres se seguirán dedicando a la prostitución en Andalucía, el 99,05% inmigrantes y la gran mayoría en situación irregular. El documento pone de manifiesto que a la mayor parte de las mujeres que ejercen la prostitución le gustaría dedicarse a otra actividad para su mantenimiento personal y familiar ¿Qué política se está llevando a cabo para ofrecerles otras alternativas?
Señor Griñán , para empezar pienso que es acertada su preocupación por la situación de la educación, que no debe de extrañarnos si nos atenemos a los datos aportados por el propio Ministerio de Educación: el gasto público por alumno en España es de 3.447 euros, y en Andalucía, de 2.609 euros, lo que le hace estar a la cola de las comunidades autónomas. Obtienen el graduado en ESO el 70,3% del alumnado en España, frente al 66% en Andalucía. El abandono educativo en España es del 31,7%, frente al 38,7% de nuestra tierra.
Espero que, junto a lo anterior, sea materia prioritaria de su gobierno una política social que termine con tanto empobrecimiento y exclusión social. Solo de esta manera podrá utilizar el eslogan de su antecesor para calificar a Andalucía como imparable o al máximo. Ojalá sea capaz de llenar de contenidos estas huecas palabras.
* Profesor y presidente de la

Asociación Kala 

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