Política social, asignatura pendiente.
Terminé el curso pasado suspendiendo la política social de
nuestra alcaldesa. Evaluaba la baja dedicación que su gobierno municipal
destina a los sectores más desfavorecidos de nuestra ciudad. Esperaba que
después de un año de gobierno municipal hubiese una apuesta decidida en el
ámbito de lo social. Pero mi sorpresa es que no sólo no aprueba la asignatura
de lo social, materia que debería ser tratada con la máxima sensibilidad y
compromiso acorde con una ideología de izquierdas, sino que ha habido una serie
de hechos durante el verano verdaderamente preocupantes.
La
noticia que más me sorprendió fue la expulsión de los rumanos y el
levantamiento de los asentamientos a través de una acción policial, que nuestra
primera edil dejó firmada antes de irse de vacaciones. Este hecho fue
enérgicamente denunciado por los
colectivos sociales más implicados en la solidaridad con los inmigrantes. ¿Cómo
se puede estar después tras una pancarta o debatir en un pleno municipal sobre
la defensa de los derechos humanos?
No
menos sorprendente ha sido el que centenares de ancianos se hayan quedado sin
ayuda a domicilio. Y, si fuera poco, la alcaldesa se niega a readmitir a tres
trabajadoras del área municipal de empleo, ¿qué motivos le han inducido a ello?
Para
colmo, y siguiendo con el rosario de “coherencias”, de los veinte objetivos que
la alcaldesa plantea para el presente curso político no dedica ni uno solo a la
política social de los sectores más desfavorecidos.
Pienso
que este proceder sólo es fruto del desarrollo de una política conservadora en
la captación del voto, basada en la cultura de la satisfacción inmediata, que
para nada tiene que ver con la consecución de una sociedad más justa. Sus
estrategias se guían más por los resultados de las encuestas que por
convicciones profundas acerca de lo que puede mejorar el conjunto social, sobre
todo el más excluidos y empobrecido.
Me
resisto a aceptar, a pesar de que todo induce a ello, que apenas queda
patrimonio ideológico en las diferentes opciones políticas y que se procede
según una camaleónica adaptación a los deseos más inmediatos, por supuesto, de
la ciudadanía más instalada.
Coordinador
Andaluz del Área de Marginación de la APDH-A
Córdoba,
28 de Septiembre de 2004
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