Recuperar el sentido común
"Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados de razón y conciencia, tienen el deber de comportarse fraternalmente los unos con los otros" (art. 1 Declaración Universal de los Derechos Humanos). Somos testigos de que el asfalto de nuestras ciudades sostiene a cientos de personas subsaharianas que se buscan la vida para subsistir: ofreciendo pañuelos en los semáforos a cambio de alguna propina, ayudando a aparcar coches o vendiendo CD. Se trata de una generación joven, preparada, educada y con ganas de trabajar. Desde 1999 vienen arriesgando su vida para buscar en el "Primer Mundo" un futuro digno para ellos y sus familias africanas. Miles de ellos han perecido trágicamente en el intento. El Atlántico ahogó sus sueños y nuestras playas se limitaron a recoger sus cuerpos sin vida. Estamos viendo cómo los que llegan, salvo excepciones, viven con el temor de ser detenidos por la policía por vender CD, padeciendo una situación muy