LA CÓRDOBA DESMEMORIADA

  Córdoba, la ciudad multicultural, la ciudad declarada patrimonio de la humanidad cuatro veces, tiene tanto que celebrar, rememorar y recordar, sin dejar de luchar por su presente y alzar la mirada hacia el futuro, que el Ayuntamiento debería tener una asesoría cultural formada por mujeres y hombres con una clara vocación intercultural, entre otros motivos, para organizar efemérides relacionadas con nuestra historia.

¿Recordó y rememoró Córdoba en el año 2012 los 1100 años de la proclamación de Abderramán III como emir independiente de al-Ándalus?  El período más brillante de su reinado llegaría al declararse primer califa de al-Ándalus en el 929. Bajo su mandato la monja alemana Hroswitha calificó a Córdoba de “Ornamento del Mundo” y “Perla de Occidente”. Anotemos que en el año 2029 se cumplirán 1100 años del Califato de Córdoba. Abderramán III debería ser considerado uno de los grandes estadistas de la historia de nuestro país, sin embargo, la historia excluyente e islamófoba lo relegó como si fuese un simple paréntesis, una anécdota a la que dedicarle apenas un párrafo en los libros de historia de educación secundaria.

            En el año 2016 Córdoba lamentaba no haber sido nominada ciudad cultural europea, mientras olvidaba que hacía 1300 años fue declarada capital de al-Ándalus por el emir Al-Hurr, cuarto gobernador tras la conquista arábigo-islámica. El 3 de febrero de ese año en un artículo publicado en este periódico indicaba: “aún ninguna institución pública (Ayuntamiento, Junta de Andalucía, Universidad o Casa Árabe) ha dicho nada sobre esta importantísima fecha que para Córdoba supuso aflorar en el mapa de las ciudades históricas más importantes del mundo”. Al final, el museo arqueológico realizó una exposición sobre el histórico evento y poco más.

¿Recuerda Córdoba que hace 1000 años se escribió El Collar de la Paloma, escrita en el siglo XI por Ibn Hazm (994-1063)? Esta universal obra literaria es un hermoso testimonio de la vida amorosa que el autor escribe en plena decadencia de la dinastía Omeya, aunque en la composición evoque la nostalgia que siente por lo que fue su ciudad natal: “Gran Metrópoli del Mediodía”. En palabras de Ortega y Gasset se trata del “libro más ilustre sobre el tema del amor en la civilización musulmana”. Este libro debería ocupar un lugar privilegiado, al menos, en el curriculum de la educación secundaria de Andalucía.

En diciembre de este año se cumplirán 150 años del Congreso, celebrado entre diciembre de 1872 y enero de 1873, solo un mes antes de que el rey Amadeo I abdicara y se proclamara la Primera República Española. En este Congreso se confirmó la ruptura definitiva entre anarquistas y socialistas marxistas, que acabarían fundando, los primeros, la CNT en 1910 y los segundos, la UGT en 1888, un congreso denominado por Díaz del Moral como “el primero anarquista celebrado en el mundo”. La elección de Córdoba no fue casual, ya que en Andalucía se había expandido el internacionalismo por las características sociales y económicas que padecía. Tuvo lugar en el teatro Moratín de la calle Jesús María, actual teatro Góngora. Entre los acuerdos destacan la huelga por la reducción de la jornada laboral y la igualdad de los jornales para conseguir la construcción de una sociedad igualitaria.

Más recientemente, ante el mutismo del Ayuntamiento y la Junta de Andalucía, la plataforma ciudadana y patrimonialista “Mezquita-Catedral”, rememoró en el año 2014 los treinta años de la declaración de la Mezquita patrimonio mundial de la humanidad por la Unesco. Por cierto, hace cincuenta años que tuvo lugar en esta ciudad lo que se denominaría “La Polémica de la Mezquita”, en la que el dictador Francisco Franco apoyó el proyecto de devolverle a la Mezquita su estado original, trasplantando la Catedral a otro lugar de la ciudad. El Icomos en 1973 defendió la conservación de monumentos pertenecientes a diferentes culturas, al que denominó la “Resolución de Córdoba”, que abogaba por la conservación del monumento tal como había llegado al siglo XX.  Significaría el germen para su declaración como Patrimonio de la Humanidad  por la Unesco años más tarde.

La prensa ha recogido la llegada del AVE a Córdoba hace 30 años. Renfe y Adif están “conmemorando” la efeméride manteniendo a la estación sin nombre, cosa que no ocurre en el resto de las grandes estaciones AVE, con el estanque de la gran plaza que la precede abandonado y con un mantenimiento de la estación cordobesa que dista a la baja de otras estaciones como Málaga o Sevilla.

No es de extrañar tanta desmemoria en una ciudad que después de 40 años de democracia tarda tanto en la búsqueda de personas desaparecidas, víctimas de la dictadura franquista, siendo el Ayuntamiento el principal responsable, evitando que no recaiga la dolorosa tarea en los familiares de los asesinados por el fascismo.

                                                         Córdoba, 20 de octubre de 2022

                                                               Miguel Santiago Losada

                                                                    Profesor y escritor

 

 

 

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