CÓRDOBA Y SUS CONTRADICCIONES

 

La bella patrimonial Córdoba, como si de una persona muy entrada en años se tratara, tiene la historia y sabiduría que da la vida y, al mismo tiempo, achaques y contradicciones.

                Este septiembre nos trae un nuevo curso, con sus luces y con sus sombras, y me hace recordar las contradicciones, algunas muy sorprendentes, de nuestra querida ciudad. Empecemos anotando que Córdoba, una ciudad muy castigada por la sequía, es el municipio con más piscinas tras Madrid. Según los datos ofrecidos por los medios de comunicación 11.538, nada menos que una por cada veintiocho habitantes. Madrid, con una población diez veces superior a la de Córdoba, cuenta con 13.842. Este derroche de agua, mientras atravesamos la mayor sequía del siglo XXI, la podríamos calificar de auténtico disparate. Sin ninguna duda, Córdoba necesita unos recursos que hagan la estación estival más llevadera y ayuden a combatir las temperaturas cada vez más extremas a causa del cambio climático. En este sentido, hay que desarrollar una política de piscinas públicas, o al menos colectivas, que eviten la proliferación de piscinas por unidad familiar. 

                Córdoba es, asimismo, una ciudad de fuertes contrastes económicos, una ciudad con unas zonas ricas mientras otras están en el ranking de las más empobrecidas y excluidas del país (cinco de los quince barrios más pobres de todo el territorio del Estado se encuentran en nuestra ciudad). Esta realidad se haya cronificada sin el menor atisbo de cambio debido a unas políticas sociales, laborales, formativas, de vivienda, etc., a todas luces insuficientes.

                Mientras existe este alto nivel de empobrecimiento y exclusión social, Córdoba fue la segunda provincia donde más subió el precio de la vivienda en agosto, según el informe mensual de precios de venta de pisos. No nos debe extrañar con estos datos que siga la sangría de desahucios, sobre todo en las familias más desfavorecidas, y que nuestra juventud no pueda independizarse.

                ¿Cómo es posible que en una provincia de las más empobrecidas del país se dé uno de los índices del IPC más alto? Durante el 2022 solo la cesta de la compra se ha encarecido de media un 14.7%. Esta situación tan asfixiante hace que Córdoba siga perdiendo población año tras año, y que lo más pobres lo sigan siendo aún más.

                Bajando al terreno del urbanismo, Córdoba también presenta fuertes contrastes entre barrios con buenas urbanizaciones y otras zonas totalmente abandonadas como los alrededores del cementerio de San Rafael, la Ronda del Marrubial o el lamentable estado de conservación de las márgenes del río. Sería una lista interminable si fuésemos distrito por distrito. Cabría preguntarse si en esta ciudad existe el área de infraestructuras. A esto hay que añadir el lamentable estado en el que se encuentran muchas manzanas y bloques de las denominadas Zonas Desfavorecidas de la ciudad, donde la intervención de la Junta de Andalucía es casi inexistente.

                Ante esta realidad ¿qué presupuestos nos traerán las diferentes Administraciones para el próximo año? ¿Servirán para acortar distancias y acabar con tales disparidades o seguirán siendo tan escasos que sólo sirvan para perpetuar lo ya conocido? Entramos en año electoral, en año de promesas…

                                                                       Córdoba, 13 de septiembre de 2022

                                                                             Miguel Santiago Losada

                                                                                  Profesor y escritor

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