Dios es ateo
En Roma, por la balconada principal del Vaticano, asomaba el cardenal Ratzinger para ser proclamado Papa, un católico intelectual anclado en la doctrina tridentina. Posiblemente se tratase de las pocas veces que la Iglesia jerárquica no disimulaba, bajo una aparente intervención del Espíritu Santo, la elección de un Papa. El Colegio Cardenalicio tenía muy claro que había que mantener la línea más ultraconservadora de la Iglesia , y quién mejor que el viejo cardenal para la Doctrina de la Fe , el inquisidor que custodia dicha doctrina con el máximo recelo para que nada cambie, para que todo quede inmutable. Su brazo derecho, nunca mejor dicho, en España es el cardenal de Madrid Rouco Valera , que junto a sus correligionarios Agustín García-Gasco , cardenal de Valencia, y Antonio Cañizares , cardenal primado de Toledo, son los máximos exponentes de esta doctrina basada en dogmas morales que brotan de la más rancia concepción maniquea del ser humano, según la cual éste está forma