ALCALDE, SERVIDOR DE SU PUEBLO
Hay alcaldes y alcaldesas que son despedidos o añorados con mucho cariño, es el caso de Tierno Galván, el viejo profesor, y de Manuela Carmena en Madrid , de Iñaki Azkuna en Bilbao o Julio Anguita en Córdoba, por mencionar algunos ediles destacados. Hay un denominador común en todos ellos, llegaron a sus respectivas alcaldías como excelentes profesionales: catedrático de universidad, jueza, médico y profesor, respectivamente. También en estas personalidades confluyen el convencimiento de sus ideas y el amor a sus ciudades. Aún recuerdo el entierro multitudinario de Tierno Galván en Madrid cuando toda la ciudad se echó a la calle para despedirlo. Había conseguido darle la vuelta a Madrid como un calcetín, colocándola en el cogollo de las grandes urbes europeas. Manuela Carmena, una gran señora, ha hecho el milagro de sanear las cuentas de un Ayuntamiento atrapado por la corrupción, al mismo tiempo que ha desarrollado una política social y medioambiental sin parangón en