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EL PEQUEÑO SALAH

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                                                                     Salah es un niño de ocho años, alegre y bromista, de una pequeñita aldea del corazón de Marruecos. Comenzó a tener problemas de vista y fuertes dolores de cabeza. Su madre lo llevó al médico y le diagnosticaron un tumor cerebral que le provocó una hidrocefalia responsable de la pérdida de visión que se agudizaba conforme pasaban los días. El coste de la intervención quirúrgica rondaba los 2.500 euros en un hospital de la ciudad de Casablanca. La madre, con un gran dolor y desesperación por la grave enfermedad de su hijo, comenzó a recaudar dinero entre familiares, amigos y vecinos para sufragar la operación de su pequeño Salah. Después de varios días poniendo el grito en el cielo para el necesario y urgente apoyo a su hijo, apenas consiguió un tercio del dinero necesario debido a la realidad del empobrecimiento social que padecen la mayoría de sus paisanos. Al no contar con más recursos se puso en contacto

CORAZÓN ROTO

Juanmita llegó a la estación de ferrocarriles de Córdoba la noche del 30 de octubre de 1998 cuando tenía 23 años. A los pocos días ya se sentía como en casa. Poquito a poco fuimos conociéndolo. Nunca nos imaginamos que estuviese tan roto por dentro. Desde los trece o catorce años comenzó a consumir drogas. Se iba haciendo un adicto a marcha agigantada en las calles de su Alcalá de Henares natal. Siendo jovencito, ante un descuido, su hermanita pequeña murió ahogada en una piscina. Tan dramática situación pesó sobre él como una losa y lo culpabilizó, atormentándolo día tras día. Para colmo perdió a su madre, a la que quería con locura, cuando apenas tenía 20 años. Estas desgracias lo sumergieron en una ansiedad y depresión que sólo alcanzaba aliviar a través del consumo de drogas. La desesperación se apoderó de él y llegó a tener un intento de suicidio. Ante la presencia de su padre se arrojó desde la terraza de su piso, una quinta planta. El alcohol, los porros, la cocaína, la h

¿QUIÉNES SON VIOLENTOS? ¿QUIÉNES SON VIOLENTOS?

Para comenzar mi reflexión traigo a colación a dos andaluces que por su bondad, sentido de la justicia y genios por naturaleza fueron fusilados hace 82 años por los fascistas que dieron el golpe de Estado en España en 1936. García Lorca llegó a decir en aquellos años difíciles: "Yo soy español integral y me sería imposible vivir fuera de mis límites geográficos; pero odio al que es español por ser español nada más, yo soy hermano de todos y execro al hombre que se sacrifica por una idea nacionalista, abstracta, por el sólo hecho de que ama a su patria con una venda en los ojos". ¿Cuántos se dicen españoles y no tienen más patria que la bandera? ¿Cuántos se dicen españoles y olvidan los momentos de extrema pobreza que obligó a millones de conciudadanos a buscarse la vida en otros países? Otro andaluz, hombre sensible, honesto y padre de la patria andaluza, Blas Infante, afirmó: "Mi nacionalismo, antes que andaluz, es humano”. Esa clave de convencimiento es la

¡BIENVENIDOS!

Hace unas pocas semanas Córdoba acogió a 45 inmigrantes. Durante estos días han llegado 200 inmigrantes que tendrán como albergue provisional el palacio de Deportes, personas empobrecidas todas ellas que sufren en su propia piel graves problemas de toda índole: hambre, enfermedades, conflictos armados, violaciones. En definitiva, todo lo necesario para no vivir con dignidad. Son personas que ven como en sus tierras ni están los derechos humanos, ni se les espera. Córdoba se acaba de mostrar orgullosa con la adquisición de su cuarto título de patrimonio de la humanidad. Una ciudad cuyo aval monumental, reconocido mundialmente, la hace única. Son pocas las ciudades que pueden presumir de cuatro medallas de oro en su acervo cultural, monumental e histórico. Sin embargo, más orgullosos nos deberíamos sentir cuando somos acogedores y solidarios, saliendo al encuentro del más débil y necesitado, abrazando a cualquier ser humano que necesite de una mano cálida que lo levante y de unos

TIEMPOS ESPERANZADORES

No soy iluso pensando que con el nuevo Gobierno se han terminado los problemas, pero  habrá merecido la pena solo por la decisión del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de ofrecer el puerto de Valencia al barco  Aquarius , que navegaba por el Mediterráneo con 630 vidas en compañía de Médicos sin Fronteras (MSF) y SOS, o de anunciar la retirada de las concertinas en las vallas de Ceuta y Melilla . Habrá merecido la pena, después de 40 años, de que las personas componentes del nuevo ejecutivo hayan prometido sus cargos sin biblia y crucifijo, inaugurando un tiempo de modernidad y respeto para todas las personas, sea cual fuere su creencia o no creencia. Habrá merecido la pena por el hecho de que la mayoría de las carteras ministeriales estén protagonizadas por mujeres con una valía profesional que nos abren nuevas expectativas a los habitantes de este país. Habrá merecido la pena por haber relajado la tensión con Cataluña, buscando cauces de diálogo y entendimiento, buscando una

COLEGIO PÚBLICO ALBOLAFIA, UNA GRAN COMUNIDAD

Me disponía a entrar en el CEIP “Albolafia”, acompañado por un grupo de estudiantes prestos a   conocer su comunidad de aprendizaje, un proyecto de transformación social y cultural del centro educativo y su entorno, cuando me encontré con Francis que despedía a sus hijas más pequeñas en la misma puerta del colegio. Al verme me abrazó con una entrañable sonrisa. A Francis lo conocí a principios de los años 90, con apenas nueve años, cuando desarrollaba mi compromiso social con los chavales en la calle Torremolinos. Francis era un niño que no pisaba el colegio, al igual que no lo hacían la mayoría de los chavales de mi grupo de la calle. En aquellos años el colegio era un verdadero búnker, al que desafiábamos saltando sus muros en horas vespertinas para poder jugar en sus pistas deportivas. Los mismos niños que no querían ir al cole por la mañana con sus maestros de la escuela, acudían encantados por la tarde con sus “maestros de la calle”. En aquellos años, donde todavía apenas s

ME DUELE SIRIA

A cualquier persona nacida en esta tierra andaluza debería dolerle Siria. Córdoba, nacida en los siglos que se adentran en la protohistoria, tuvo la suerte de ser amamantada en su “crianza” histórica por dos madres extraordinarias que la hicieron cosmopolita y culta, colocándola en la cúspide de la historia: Roma, la capital que mimó e hizo de Corduba una de las colonias más sobresalientes del Imperio, y Siria, la dinastía Omeya que puso a Córdoba en el centro del mundo, "Ornamento del Mundo" y "Perla de Occidente" en palabras de la canonesa y escritora germana Hroswita de Gandersheim (s. X). Desde hace siete años, una de esas madres de Córdoba está padeciendo el tormento de una guerra que aún no ha terminado.  Siria, como madre descarnada, ha entrado en su octavo año del conflicto bélico con una cifra de muertos cercana al medio millón y que ha generado más de diez millones de refugiados. Resulta evidente que Bachar al Asad, al igua