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NIÑO RUMANO. "ESTADO SOCIAL"

Ante la verdad evidente, la mentira es incapaz de esconderse tras ninguna máscara por mucho que nuestros gobernantes intenten vivir en un dilatado carnaval. Eran las doce y media del primer día de este febrero frío cuando el cuerpo sin vida del niño rumano Pablo entraba en la parroquia de la Inmaculada Concepción. Le acompañaba su padre --su madre, muerta de dolor, no pudo asistir--, familiares, amigos rumanos y miembros de la APDH-A en condición, más que de defensores de los derechos humanos, de amigos y amigas. Ante la evidencia de la más desvergonzada dejadez política, que no destina el más mínimo presupuesto para realizar un trabajo social con este colectivo de inmigrantes, la familia del niño Pablo, de apenas veinticinco días de vida, no recibió ni un telegrama de pésame ni una mano que muestre condolencia ni la más mínima presencia institucional, como suele ocurrir cuando en nuestra ciudad muere un ciudadano en circunstancias excepcionales. Tal vez fue lo mejor porque, a

Política social, asignatura pendiente.

Terminé el curso pasado suspendiendo la política social de nuestra alcaldesa. Evaluaba la baja dedicación que su gobierno municipal destina a los sectores más desfavorecidos de nuestra ciudad. Esperaba que después de un año de gobierno municipal hubiese una apuesta decidida en el ámbito de lo social. Pero mi sorpresa es que no sólo no aprueba la asignatura de lo social, materia que debería ser tratada con la máxima sensibilidad y compromiso acorde con una ideología de izquierdas, sino que ha habido una serie de hechos durante el verano verdaderamente preocupantes.          La noticia que más me sorprendió fue la expulsión de los rumanos y el levantamiento de los asentamientos a través de una acción policial, que nuestra primera edil dejó firmada antes de irse de vacaciones. Este hecho fue enérgicamente  denunciado por los colectivos sociales más implicados en la solidaridad con los inmigrantes. ¿Cómo se puede estar después tras una pancarta o debatir en un pleno municipal sobre l

¿POR QUE NOS ODIAN?

Deberíamos considerar las condiciones sociales en las que surgieron las organizaciones beligerantes, terroristas... Para ponerlo en el tono plañidero de George Bush : "¿Por qué nos odian?". La pregunta también la formuló hace medio siglo Eisenhower refiriéndose a "la campaña de odio contra nosotros en el mundo árabe". El motivo principal, advertía el Consejo de Seguridad Nacional, proviene de haberse dado cuenta que EEUU respalda a gobiernos corruptos y brutales que bloquean la democracia y el desarrollo para proteger sus intereses petroleros en el Medio Oriente o, podríamos añadir, defenderse a través de contrarrevoluciones de la lucha por la justicia social que recorría toda la médula de América Latina. Estos intereses, principalmente de origen económico, avalados con mayor o menor respaldo por los países del llamado Primer Mundo, han provocado tal cantidad de guerras y conflictos, en los que se cuentan por millones las víctimas, que han ido generando resistenc

EL ULTIMO ESLABON

Desde el año 1980 al 1990 la población penitenciaria aumentó en más de 20.000 personas presas, llegando a los 33.000. Las cárceles españolas se iban llenando principalmente de personas jóvenes y empobrecidas relacionadas con el grave problema del tráfico y consumo de drogas, que irrumpió con fuerza entre los años 70 y 80. El entonces Gobierno socialista, en lugar de plantear una política sobre drogas que estableciese un marco legal, desarrolló el plan nacional de macrocárceles bajo el ministerio de Antonio Asunción. Grandes complejos penitenciarios se iban construyendo a las afueras de las ciudades por todo el país, que sustituían a las viejas cárceles, generalmente de pequeñas dimensiones. Diez años después, en el 2000, y como era de esperar, ya eran más de 45.000 las personas que abarrotaban las cárceles, dejando el objetivo de la reinserción social en una pura falacia. En aquellos años de Gobierno del PP, lejos de plantear una nueva política sobre drogas, e incluso una política

CRISIS DE DERECHOS

"Estamos avergonzados de que en 2004 alrededor de 38 millones de personas estén viviendo con VIH/sida y luchando las mismas batallas después de dos décadas", señaló la declaración oficial de la Conferencia Internacional de Bangkok celebrada en julio. La situación es tan extremadamente grave que podríamos calificar a la epidemia de crisis de derechos humanos como señala la secretaria general de Amnistía Internacional (AI), Irene Khan . Esta realidad presenta su máximo exponente en la Africa Subsahariana que soporta una asfixiante deuda externa, pagando cada año 15.000 millones de dólares, cuatro veces lo que los mismos países africanos gastan en salud y educación, las dos mejores medicaciones para combatir el sida. La violación de los derechos humanos que sufren, sobre todo los países del llamado Tercer Mundo, acrecienta la vulnerabilidad de las personas al contagio, cebándose con los sectores más excluidos de la sociedad. Precisamente, el factor de la injusticia social

¿NIÑOS PELIGROSOS O EN PELIGRO?

Resulta un tanto alarmante la situación que estamos viviendo con nuestros niños socialmente más desprotegidos: algún que otro "profesional de lo social" que airea las realidades más íntimas y personales de las familias más vulnerables exigiendo la retirada de sus hijos, en lugar de hacer una intervención correctora de riesgos. Algún que otro/a profesor/a que expulsa de las aulas a incómodos alumnos/as como mecanismo de defensa para anularlos como elemento desestabilizador y molesto, sin caer en la cuenta que está puesto como profesor o maestro no para negar la realidad sino para transformarla. Algún que otro/a juez y fiscal que piden el endurecimiento de las penas recogidas en la Ley del Menor sabiendo que tales medidas no dan ninguna solución a las necesidades reales y temores concretos. Son procedimientos penalizadores que sólo dan respuesta al ansia vengativa que brota de lo más bajo del ser humano. Amplios grupos de población, inducidos por ciertos poderes fácticos, se

DIFERENTES VARAS DE MEDIR

Los cortes de agua de las zonas más desfavorecidas de nuestra ciudad son un goteo permanente, valga la metáfora. Hace unos meses Emacsa cortó el suministro de agua de una manzana del Polígono Guadalquivir ante el impago de algunos vecinos. La semana pasada me informaron que un bloque de la calle Torremolinos está amenazado por el corte de suministro de agua. Hace unos días una vecina de Palmeras me contaba que había sido visitada por una abuela con una garrafa para llenarla de agua, porque la empresa municipal le había cortado el contador. En este caso no hubo alarma social al ser particular el contador. Sólo ella padece las consecuencias de su pobreza soportando sin agua las altas temperaturas del verano. Estas medidas son aplaudidas por el teniente de Alcalde de Urbanismo, ya que, según él, tienen una "finalidad educativa". Me recuerda aquel lema de la vieja escuela que decía "la letra con sangre entra". Este mismo concejal hace poco hacía unas declaraciones s